Para la última tarde y ya fuera de concurso el FCIM ofreció dos proyecciones especiales: Menocchio de Alberto Fasullo y Croce e delizia de Simone Godano. En el último largometraje Alberto Fasullo rinde homenaje a Menocchio, un hombre que no se rindió ni ante la propia inquisición italiana. Menocchio podía haber sido simplemente un molinero en un pueblo perdido entre las montañas de Friuli. Pero no es como el resto de aldeanos: sabe leer, escribir y lo más preocupante piensa. Y la condena a quienes se atreven a cuestionar los dogmas de la iglesia puede ser la muerte, porque hay que extirpar un mal para evitar el contagio. Fasullo bebe de la fuente del documental, presentando una historia con rigor, una muy cuidada estética que incluso parece rendir homenaje a figuras históricas como Caravaggio y los manieristas con un peculiar uso de la luz. Sobresale con luz propia el debutante Marcello Martin dando la vida al propio Menocchio. Tras su comedia Moglie e maritoque pudimos ver hace dos años en la Muestra de Cine Italiano de Barcelona en la que sometía a una pareja en crisis, Sofía y Andrea, en el cuerpo del otro, Simone Godano vuelve a la familia como fuente de inspiración en Croce e Delizia. En esta ocasión nos presenta a dos familias muy diferentes: Los Castelvecchio, de mentalidad abierta pero narcisitas y desunidos. Los Pestagna son de condición social humilde con valores tradicionales y conservadores. Cuando los patriarcas de ambas Tony (Fabrizio Bentivoglio) y Carlo (Alessandro Gassman) anuncian sorprendentemente que durante dos años han mantenido una doble vida y que quieren casarse. Sus dos primogénitos se rebelan y tratan de impedir el matrimonio entre sus padres. En esta divertida comedia que trata con madurez el tema de la homosexualidad Godano vuelve a sacar lo mejor de cada uno de sus actores para servir una comedia fresca y ágil.