Juliette Binoche es de esas personas que dignifica la interpretación cada vez que se pone delante de las cámaras, no solo por su innegable talento interpretativo, sino por las decisiones que toma. Y es que la actriz francesa vuelve a demostrar que solo le interesa rodar historias arriesgadas y de un marcado carácter artístico. La mujer que rechazó a Steven Spielberg y su Jurassic Park (1993) por protagonizar la celebre Tres colores: azul no tiene problemas en protagonizar óperas primas si ve en ellas un nuevo reto en su carrera, como es el caso de L´Attesa, la película que ahora nos ocupa.
El primer largometraje de Piero Messina nos traslada a los grandes salones de una antigua villa, donde Anna (Juliette Binoche), dolida por una perdida repentina, transcurre sus días en soledad. Solo los pasos de Pietro, el sirviente de la villa, rompen el silencio. Hasta que de repente llega Jeanne, una joven muchacha que se presenta como la novia de Giuseppe, el hijo de Anna. Él la había invitado a Sicilia para pasar juntos algunos días de vacaciones. Anna ignoraba la existencia de Jeanne. Y Giuseppe no está. Pero todas sus cosas están allí, en su habitación.
Messina ya había concursado en el festival de cine italiano de Madrid con anteriores cortometrajes suyos, y tampoco ha fallado a su cita con el festival en esta octava edición, aunque su premiere mundial tuvo lugar en Septiembre en el pasado festival de cine de Venecia, donde fue una de las películas de la sección oficial que luchaban por el León de Oro. Estaba confirmada su presencia pero por motivos personales no pudo finalmente asistir, eso sí, dejó grabado un vídeo donde se disculpaba y nos animaba a visionar su película a través de los múltiples silencios que hay en ella.
L´Attesa es una película contemplativa, sin apenas diálogos, donde su director nos muestra los rincones de una casa casi fantasmal, las habitaciones, sus exteriores o la mirada perdida de su propietaria, que contrarresta con la frescura que desprende su joven invitada. Entre ellas se va a establecer una relación que roza lo enfermizo, pero que es de pura necesidad para poder evadirse por unos momentos de una de las peores situaciones, sino la peor, por las que puede enfrentarse una madre. Es angustiosa, realista y metafórica pero también peca de pretenciosa en algunos momentos, aunque solo por ver a la Binoche, y esa escena de la bañera donde se nos resume toda la esencia de la película ya merece la pena.
6,5/10