Cuando Colón descubrió las Indias, el primer campamento lo estableció en la Isla llamada La Española, o sea lo que hoy conocemos como República Dominicana y Haití. Desde allí se montó el cuartel general para desarrollar la labor de exploración, explotación de recursos, comercio y conversión de los indios, tanto durante el mandato de Colón como en el posterior de Bobadilla.
Pero no sería hasta unos años después, cuando el gobernador Nicolás de Ovando el que decidiría instalar la capital de la isla en Santo Domingo, a una de las orillas del Río Ozama.
Este río que nace en un lugar tan imaginativo como Loma Siete Cabezas recorre 148 kilómetros hasta morir en la aguas del Mar Caribe en el sur de la República Dominicana cruzando por su mitad a la ciudad de Santo Domingo.
Este nombre también está relacionado con Sevilla ya que en la esquina de la Calle Felipe II y la Avenida de la Borbolla podemos encontrarnos un edifico modernista realmente bello que lleva el nombre de Villa Ozama.
Dice la historia que el edifico fue levantado por el maestro de obras Manuel Martímez Más entre los años 1912 y 1916 por orden del Sr. Don Antonio María Albert, razón por lo cual el primer nombre que tuvo fue el de Villa Albert.
La finca ha pasado por varias manos a lo largo de este siglo de historia, pero debe quedar patente que el nombre de Ozama le vino dado porque fue propiedad de un indiano llamado Juan Parra Alba cuya fortuna nació en la República dominicana y se vino a vivir a Sevilla al poco tiempo de construirse la casa.
El Señor Parra pudo disfrutar poco del edificio ya que murió en 1922, pero dejó para la historia el nombre de esta villa tan bella.
La estética del edificio es modernista y se ha escrito bastante sobre esto, pero me gustaría que se fijaran en los azulejos que están colocados en la valla perimetral del edificio y del que hablaremos en la siguiente entrada.
Para mayor información pueden visitar la excelente página http://elporvenirdesevilla.blogspot.com.es/2008/05/villa-ozama.htmlSigue leyendo >>>