Un estudio denominado Raine (Western Australia Pregnancy Cohort Study), realizado por el equipo de Wendy H. Oddy, del Instituto de Investigación en Salud Infantil Telethon, en West Perth, sugiere que prolongar la lactancia materna beneficiaría la salud mental de un hijo hasta la adolescencia.
Según escribieron los investigadores en The Journal of Pediatrics Online, la lactancia ayudaría a los bebés a superar mejor el estrés y reforzaría el apego entre la madre y el hijo, dos beneficios de largo plazo.
El estudio incluyó a 2.366 hijos de participantes, evaluando la salud mental de cada niño a los 2, 5, 8, 10 y 14 años. De ellos, el 11 por ciento nunca había recibido leche materna, el 38 por ciento la había tomado por menos de seis meses y la mitad, durante seis meses o más.
Las madres que optaron por la lactancia por menos de seis meses eran más jóvenes, tenían menos educación formal, eran más pobres, estaban más estresadas y fumaban más que aquellas que optaron por el amamantamiento prolongado. Además, esas mujeres eran más propensas a sufrir depresión posparto y sus bebés solían tener problemas de desarrollo.
En cada evaluación, el equipo halló que los niños alimentados con lactancia materna por menos tiempo se comportaban peor. Las diferencias se observaron en la conducta que se internaliza, que es aquella en la que se interioriza la negatividad, como la depresión, y en la conducta que se exterioriza, como la agresión. La conducta de los niños y adolescentes mejoraba por cada mes adicional de lactancia prolongada.
La lactancia por seis meses o más se mantuvo asociada positivamente con la salud mental y el bienestar de los niños y los adolescentes, tras controlar la influencia de los factores sociales, económicos y psicológicos, además de las experiencias en los primeros años de vida.
El equipo concluyó que “las intervenciones orientadas a aumentar la duración de la lactancia beneficiarían la salud mental y adolescente en el largo plazo”.
Via. salud.com