Aunque los libros y las películas digan lo contrario, no es fácil leer en invierno. Si ya es difícil encontrar una posición cómoda, imaginad además encontrar una posición en la que no se tenga frío. Es tarea imposible. Con la excepción de si sois unos afortunados con calefacción por toda la casa y baldosas que emiten calor. Si eres de esos, largo de aquí no sé que haces perdiendo el tiempo en mi blog en lugar de disfrutar del jacuzzi que seguro que tienes en el baño (:P).
Pero no es el caso de la mayoría de los mortales. En invierno, dentro de la casa, solo hay cuatro lugares en los que se puede leer, eso sí corriendo el riesgo de congelarte:
- En el escritorio: con la espalda bien recta y con la estufita en los pies no debería haber problema. Pero lo hay. No hay nada más incómodo para leer que un silla. Yo a los cinco minutos tengo que cambiar de posición. Y de la estufita ni os cuento. Que sí, que calienta muy bien los pies, pero tengo el resto del cuerpo congelado. Llega un momento en el que tengo que darle aliento (en sentido literal y figurado) a mis manos para girar la página.
- En el sofá/sillón/cualquier otra variable que se os ocurra: ¿Qué hay mejor que leer acurrucadita en el sofá, bien envuelto en la manta? Sería perfecto si no fuera por un problema: los brazos. Es el típico momento en el que te gustaría ser Mister Potato y poder desmontarte los brazos. Porque es imposible envolverte con los dos brazos bajo la manta. Con suerte, puedes envolver uno. Porque claro, el otro lo necesitas para girar las páginas.
- En la cama: Una alternativa para conseguir envolverte completamente en una manta es meterte dentro de la cama tapándote, no hasta las orejas, sino del todo y leer con una linterna Así, en plan película. No importa que sean las cuatro de la tarde. Yo lo he intentado varias veces. Y digo intentado porque, por si no os habéis fijado, en las películas los actores solo están así un rato. ¡Intentad aguantar en esta "cómoda" posición media hora! Calentito sí que estás, pero es posible que encuentren tu cadáver asfixiado por la falta de aire.
- En el sillón junto al fuego: ¡No hay imagen más idílica del invierno! no hay nada mejor que sentarte en el sillón junto al fuego, (¡sin necesidad de manta!) a leer, con un chocolate caliente en las manos o un café, mientras escuchas el crepitar de la leña. Nada puede estropear ese momento de máxima comodidad y calor excepto....la tele. Sí, a no ser que seáis de los afortunados que tienen chimenea en su habitación (en ese caso, os invito a abandonar el blog o invitarme a vuestra casa), la chimenea suele estar en el salón, junto a la televisión. Y no, no lo intentéis, ya os digo yo que no se puede leer.
Y eso es todo por hoy. ¿Cómo lo hacéis vosotros para leer en invierno?