Viñeta del lector 49#

Publicado el 11 diciembre 2018 por Laura Coll Rigo
"Ahora que he terminado el libro que estaba leyendo...No estoy realmente segura de qué hacer con mi vida"
Los libros nos llenan. De historias, de mundos fantásticos, de realidades desconocidas, de experiencias, de conocimiento, de sentimientos. De vida.
Pero también hay libros que me convierten en una cáscara de nuez vacía que navega a la deriva. Es girar la última página, y querer quedarme desentrañando los misterios del infinito durante horas. Libros que me dejan como un encefalograma plano, incapaz de pensar en nada, incapaz de asimilar que esa historia tan maravillosa ha llegado a su fin. Son libros que, cuando los cierro me dejan vacía por dentro.
No es solo que me vea incapaz de coger otro libro, porque sé que tardaré mucho en encontrar algo que me fascine de esa forma, sino que me veo incapaz de hacer absolutamente nada. Respiro porque es involuntario, porque sino, contendría el aliento. Son libros que me dejan en un paréntesis existencial: no me apetece hacer nada. Ni leer, ni mirar una serie o la televisión ni salir a pasear. Nada. Ni siquiera me apetece dormir: me tumbo en la cama, en la oscuridad, con los ojos abiertos y miro la negrura. Por suerte, esto me dura unas horas, un par de días a lo sumo; depende del tiempo que sea necesario para digerir esa lectura que me ha hecho sentir tanto, que me ha dejado sin nada.
En esta ocasión, no voy a decir nombres, prefiero guardarme esos libros para mí. ¿Y vosotros, os ha pasado alguna vez? ¿Con qué títulos? ¡Nos leemos en los comentarios!