Los Reyes Magos han hecho su aparición, y tal como vinieron se han marchado. Eso sí, más ligeros de equipaje, cosa que estarán agradeciendo bastante.
En mi casa se han portado bien, no me han dejado carbón y me han echado aparte de cosas que quería, cosas que no esperaba ¡y que son molonas! También han caído los consabidos calcetines, largos y calentitos, pero es que los había pedido yo, así me ahorraba el tener que ir a comprarlos.
Lo malo es que si te traen algo que has pedido y tiene continuidad, pues estás deseando que llegue el año que viene para pedir la siguiente parte, que es lo que me ha pasado a mí. Los Lostadictos me comprenderán si les digo que me han regalado la primera temporada y todavía quedan 5 más por comprar -y eso que la 6 todavía ni la han estrenado-.
Ahora nos queda un año de disfrute de los regalos, que a estas edades ya son para toda la vida o casi toda, y comernos el roscón de Reyes hasta que nos hartemos o dejen de venderlo. Por cierto, acompañarlo de chocolate no sea que os vayáis a atragantar y no es plan. Y si no os gusta, mandádmelo a mí que yo lo recibiré con los brazos y la boca abierta dispuesta a acabar con todo el chocolate posible. Ya total, tengo los propósitos de año nuevo sin cubrir y en cualquier momento puedo poner uno que diga "hacer ejercicio".
Lo malo de que vengan los Reyes es que sabes que al poco toca volver al trabajo o al estudio, y qué queréis, me da mucha rabia volver mañana a las clases, así no hay quien pueda jugar con los regalos.
Me voy a aprovechar las horas que me tiene que dar tiempo a juegar y a repasar, que no he estudiado nada estas Navidades, pero no os chiveis, sino el año que viene, los Reyes Magos os traerán carbón.