[Ricardo Portmán] @ecosdelviniloParadigma del rock alternativo, Stone Temple Pilots es de esas bandas que siempre está ahí, que sin el ruido mediático de otros artistas contemporáneos se han mantenido con una fidelísima masa de seguidores, independientemente del nivel de sus discos, que con el tiempo ha ido en lento declive pero que ha tenido en su nuevo lanzamiento un leve soplo de esperanza (hay que esperar si cuaja el nuevo cantante).Las razones de cómo Stone Temple pilots sigue en activo es muy sencilla: la unidad de sus ejecutantes. Los hermanos DeLeo y Kretz han mantenido la esencia de STP a lo largo de los años, siendo el rompeolas frente a la marejada inigualable de Weiland, la temporada de sequía con Bennington y un nuevo e incierto comienzo con Gutt. Este es nuestra revisión, del mejor al peor, de toda la discografía de Stone Temple Pilots.
El disco definitivo de STP. Su segunda placa llevaba lo mostrado en Core al siguiente nivel, presentando a los de San Diego en la máxima plenitud de su creatividad, fuerza y enfoque con un listado de temas insuperables y una interpretación poderosa que conectaba a la primera escucha. Meatplow, Vasoline, Unglued, Pretty Penny… podríamos señalar los once cortes sin encontrar puntos débiles. De entre el sólido cancionero despunta un himno incuestionable, Interstate Love Song. Un clásico moderno, sin duda.
La única grabación oficial con Chester Bennington a la voz es un trabajo en piloto automático, falto de vida o de algún gancho que le haga recordable. Son cuatro temas que se hacen largos en su letargo, especialmente por la evidente falta de química de los músicos con el cantante. High Rise es indudablemente la referencia más superflua y olvidable de toda la discografía de Stone Temple Pilots. |
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