... La ocasión la pintan calva. Como cada mañana, antes de ir a currar, a eso de las cinco de la mañana, mientras pongo en orden neuronas y legañas, me gusta revisar el correo, las noticias y redes sociales, así me voy despertando y me voy bien informado al trabajo. Entre un montón de "me gusta" e invitaciones al dichoso jueguecito ese de de las mascotas (esa mezcla entre tres en raya y tetris pero con cachorros cursis por medio), me encuentro con la nueva publicación de "Las mil vidas" (un fantástico blog músico-cultural, prolífico, variado, ameno y altamente recomendable), con el sugerente título de "Conversaciones Bloguéricas - Test de Moriarty #1: What If", en el post se recogen las respuestas dadas por diversos boggers (entre los que un servidor se encuentra) a la pregunta sobre que momento histórico (o no), época, lugar, personaje... hubiésemos querido bitacorear. Una sugerente propuesta que acepté gustoso en su momento y hoy he visto publicada, me ha encantado leer las respuestas de mis colegas, pero al repasar la mía me vino una idea a la cabeza (posiblemente por lo temprano que era), ¿y por que no?, bien es cierto que lo que no puedo es, cual Marty McFly, vivir ese momento, pero sí puedo escribir sobre ello, así que, en un ejercicio improvisado de "blogs paralelos", decido resarcirme y escribir sobre aquel momento, en el que nunca estuve, pero para deleite de la humanidad, si fue registrado convenientemente en negro vinilo....
Primero que nada os avanzo que tras valorar diversas y variopintas posibilidades, mi respuesta final fue poder narrar el concierto que la leyenda del Soul, Sam Cooke diera el 12 de Enero de 1963 en el templo de la música negra, el Harlem Square Club de Miami. Las razones son muy variadas, no niego mi debilidad por el músico de Clarksdale, ni que el disco haya sido reconocido como uno de los 100 mejores discos grabados en directo (la revista Rolling Stone lo clasificó en el número 439 entre los 500 mejores álbumes de todos los tiempos), mas bien por que aparte del artista sensual, sofisticado y natural, Sam descubre su lado mas áspero, salvaje y sexual, en palabras de W. Alexander, amigo y colaborador de Cooke: “Cuando se estaba divirtiendo lo podía hacer, podía llevar a las mujeres al frenesí. Era casi como un acto sexual, como si las estuviera tocando para que alcanzasen un orgasmo”...pero, como siempre, vayamos por partes...
En 1960, Dale Cook, hijo del reverendo baptista Charles Cook, ya es una estrella de la música, no sólo del Soul, si no de la música en general,aceptado como uno más por la población blanca, a la sazón los compradores de discos, desde su primer gran éxito, "You Send Me" en 1957, la imparable carrera del elegante y atractivo "Mr. Soul", se encuentra en su mejor momento, así que surge la oportunidad de cantar en el en el prestigioso Club Copacabana de Nueva York, el local era lo mas de la ciudad, y Cooke, en lo alto de su carrera, debía brillar como nunca. Sin embargo la cosa no va bien, un Sam crooner, arropado por una orquesta de lujo al servicio de su aterciopelada voz, no consigue conectar con una fría y lejana audiencia blanca, el concierto no funciona, o al menos así lo vivió él. Durante años, aquel concierto, fue una espina clavada en el pecho del artista, así que, inspirado por el show de James Brown el 62 en el Apollo Theatre de NY, donde se muestra un Soul salvaje y con clase, Cooke decide que ha llegado el momento de hacer lo propio, y para eso elige uno de los templos de la música de color, sin despreciar a nadie decide elegir la calidez de su público natural, de su gente, un cavernoso local en Miami con estructura de almacén, el Harlem Square Club, donde Sam conseguiría el sobrenombre de “El hombre que inventó el Soul”.
Una actuación memorable que incluye Rhythm and blues, Gospel, y Soul de alto calibre, aunque esconde una pequeña trampa, se graba en dos sesiones, una destinada a un público mas joven, donde el versátil artista canta sus temas mas conocidos y suaves como "Chain Gang", "Cupid" o "Twistin' the Night Away" y una salvaje segunda parte, con un público adulto y entregado, donde la energía y potencia del show crece gracias al carisma, humor y energía de Cooke, sin olvidar el fantástico elenco de músicos que le acompañan, como el guitarrista Clifford White, el percusionista Albert “June” Gardner, ó el gigante del saxo King Curtis (líder de la banda, a quienes esta actuación proporcionará un pasaporte a la inmortalidad). De principio a fin, Sam destila carisma y fuerza en cada nota, comienza con una diabólica versión de "'(Don't Fight It) Feel It", que hace que todo el personal se excite, y donde la banda muestra que la cosa va muy en serio. Con el público en el bolsillo, muy poco tiene que hacer para que todo el personal grite cada uno de los (acelerados) "hooh!" y "haah!" de la grandiosa "Chain Gang" (su segundo gran éxito tras "You send me"). El Show no es perfecto, pero el artista está feliz y eufórico, en el tercer corte Sam comienza con un tema equivocado (estos detalles hacen que la escucha del disco sea una experiencia aún mas completa), rápidamente se recupera y sin tomar aire enlaza un "tal vez recuerden este otro" con el maravilloso inicio de "Cupid", momento romántico, una caricia en clave de Soul con la que Sam se sitúa a la altura de los grandes crooner paliduchos como Sinatra o Perry Como.
El Lp continúa con un medley "It's all right - for sentimental reasons", en el primero se muestra al Cooke que se crió cantándole al altísimo y decidió abandonar el Gospel para venderse al Soul, una lección de dominio vocal al que se une un clásico de Nat King Cole, la cara "A" se remata con un contagioso ritmo de moda, "Twisting the Night Away", aquí si me hubiese visto ver a la desatada audiencia dando vueltas y saltos como locos con el genial solo de saxo de King Curtis. Plegarias inmortales como "Somebody Have Mercy" o "Bring It On Home To Me", que llega tras flirtear mas de un minuto con "You Send me", estirando el Youuu... hasta que el público enloquece, poniendo literalmente la piel de gallina (es mi parte favorita). Cuando el público piensa que ya ha tocado techo, los riffs de guitarra te avisan de lo contrario, lo profano y lo sagrado se aman en las notas "Bring It On Home To Me", en ese momento Sam se da un respiro, y hace una escueta pero afectada versión corta. Es un momento épico, el artista y el público conectan 100% , se aman y se desean, y ese amor se consagra con "Nothing Can Change This Love", una interpretación que hace que caigas rendido a sus pies. Tras haber demostrado quien es el verdadero rey del Soul, Sam se despide con una invitación a que la música nunca deje de sonar dentro de nosotros, con la celebración de la vida de "Having a Party" el disco se cierra, y la leyenda de Sam Cooke no hace mas que empezar.
No hace falta que os guste el soul para disfrutar este disco, jamás escucharéis un directo que desprenda tanta energía. Apenas 40 minutos, en los que, si uno cierra los ojos y se deja transportar allí, cuando llegue al final, se descubrirá a sí mismo sonriendo, y con la piel de gallina, pocos discos tienen este poder, se lo aseguro...Sam Cooke en estado puro señores...
Right now, ladies and gentlemen, we’d like to get ready to introduce the star of our show, the young man you’ve all been waiting for, Mister Soul, so what d’you say let’s all get together and welcome him to the stand with a great big hand – how ’bout it for Sam Cooke