En un salón de presentación de las Rías Baixas, añada 2013, es donde conocí a Nolo, otro loco que le gusta hacer vino.
Adegas Quinta de Couselo está en el Valle del Rosal, cerquita de la desembocadura del Miño. Elaboran orujos y dos tipos de blancos, uno 100% albariño el Turonia (del que hablaremos otro día) y este Quinta de Couselo, con albariño, loureiro y caiño. Me recuerda mucho a un coupage usado por una bodega muy famosa de la zona. Apunte que le hice a Nolo para tocarle un poco las narices. Pero por suerte este Quinta de Couselo no tiene nada que ver con esa famosa bodega (supongo sabéis cual es).
Un bonito amarillo brillante, limpio, glicérico con buena lágrima, nariz agradable a fruta blanca con complejidad, amable en boca, respetando el paladar, pero diciendo aquí estoy yo. Toque de acidez agradable, la botella le va a venir muy bien, creemos es un vino con bastante evolución, está rico, está bueno, está para tener unas cuantas botellas y pispiárselas de una sentada.
Y encima tener la suerte de compartir unas palabras con Nolo Giráldez, poco tiempo con él, pero tenemos mucho de qué hablar. Me da que en el próximo viaje a Galicia tendremos que buscar un huevo para visitarle y disfrutar de su compañía.
Blanco Quinta de Couselo de O Rosal, una demostración más de que cuando se quiere esa zona hace unos vinazos a tener muy en cuenta.