Vino chileno con meteorito incorporado

Por Jose Diego Ortega. Marevinum

OTRA MUESTRA MÁS DEL INGENIO HUMANO, CUANDO NO SE SABE HACER BUEN VINO.
   Hace unos días pensé haber tocado techo respecto a lo visto en materia de dar muestras de ingenio que rayan lo absurdo, con el único fin (respetable, ya que hay que dar de comer a los “churumbeles”) de vender algo distinto a lo que hace el vecino y que de paso salga en los medios de comunicación. Como digo, cuando aluciné al enterarme que unos murcianos habían enchufado música durante 60 horas a unas barricas de vino para venderlo como vino musical, no imaginaba que a la semana siguiente un escocés chileno de adopción iba a rizar el rizo sacando al mercado un vino galáctico con el sugerente nombre de “meteorito”. Tal como va últimamente el grado de dureza del rostro humano, la semana que viene veremos otra nueva sandez.
   Espero que no surja una nueva raza de mutantes por haberse puesto tibios de vino y aguardiente cósmico, aunque visto el nivel de “frikismo” que hay últimamente en este mundillo, sospecho que ya están entre nosotros.
   Al parecer, el hacer un buen vino que tenga calidad y se venda por lo que ofrece por sí mismo es más difícil que montar un circo y dar la nota. Pues nada, lo dicho. Pasen y vean que no tiene desperdicio:

  Fuente: Diario digital chileno Emol.com.- “ La idea de Ian Hutcheon fue mezclar sus dos grandes pasiones: la astronomía y el vino. Y para eso estaba en el lugar más adecuado, Chile, así que se consiguió una roca caída a la Tierra hace miles de años, la mezcló con un Cabernet 2010 y obtuvo como resultado el primer vino hecho en base a un meteorito.
Este escocés ubicado en Chile hace 14 años, consiguió que un coleccionista de Estados Unidos le donara un meteorito que se formó hace unos 4.500 millones de años, que fue encontrado en el desierto chileno.
El pedazo de roca, de tres pulgadas, se introdujo dentro de una barrica de roble donde el vino maduró durante 12 meses. Luego, el líquido se mezcló con un Cabernet Sauvignon de la Viña Tremonte y el resultado fue este "Cabernet Meteorito 2010".
"Al probar este vino estás degustando elementos de los orígenes del Sistema Solar", explica Hutcheon. "Es muy robusto, de buena calidad... es difícil ser objetivo, pero tiene un leve sabor más vivo, como que se levanta, al menos eso es lo que sentimos", agrega tratando de explicar a qué sabe este brebaje espacial.
La producción del vino Meteorito corresponde al año 2010, aunque la de 2011 ya está en camino. Es posible comprarlo en el mismo Observatorio de Tagua Tagua (a poco más de una hora de Santiago), por $5.000 pesos. Al parecer el pedrusco hay que amortizarlo bien y sacarle todo el jugo posible, por lo que también lo han introducido en aguardiente: "Eso lo hicimos por entretenimiento. Quisimos ver qué resultaba y nos sorprendimos al ver que cambió su color. El líquido es negro, pero además quedó de muy buen sabor, más suave, no es agresivo ni quema, es hasta rico", explica Hutcheon, orgulloso de su experimento”.