Terminando con lo poco que teníamos guardado de esta añada tan especial para los Larpeiros, os traemos la última botella en cuestión, este Finca Dofí 1997. Tras hablar con varios amigos abrí la botella con algo de miedo, pues me decían que ya no estaría bien, que seguramente ya no estaría vivo, y esto es lo que nos encontramos:
Como pequeño apunte de historia, contaros que Álvaro Palacios llegó en 1989 a Gratallops, y queda atrapado por el paisaje y la vid, herencia de los monjes de Scala Dei, en el corazón de la D.O. Ca. Priorat. Tiene 30 hectáreas en propiedad, en la que tiene plantado Garnacha (16 hectáreas), Cariñena (6.5 hectáreas), Cabernet Sauvignon (3.5 hectáreas) Syrah (3.5 hectáreas) y merlot (1 hectárea).
Este Dofí lleva un 60% de Garnacha y el 40% restante lo divide con la cabernet, syrah y merlot. Para que repose en barrica durante unos 16 meses más o menos.
El vino está espectacular, vivo, con acidez presente, color sin notas de teja, nariz elegante, de cacao, torrefacto, aún persistencia balsámica y en boca es una pasada. Complejo, equilibrado, redondo, sedoso, amable, de verdad que un auténtico placer. Todo un lujo sin lugar a dudas.
Vino Tinto Finca Dofí 1997, un gran final como recuerdo de ese gran año tan importante para los Larpeiros, esperamos que otras añadas y otras botellas guardadas nos den tantas alegrías como este Dofí, que sin lugar a dudas hace honor a su precio.