Una cena con amigos, disfrutando de este tinto y otro blanco del que en breve os comentaremos. Decir que en el fondo lo que importa es la compañía, y tomar una buena tortilla, cecina sabrosa, geniales croquetas, unas anchoas incomestibles, y conversación amena, a parte de un final de gin-tonic en la carretera de Catabois realmente inolvidable.
Pero a lo que vamos, pedimos un Gorvia, pero no tenían, aparte de otros más que tampoco tenían, entonces el tabernero nos ofreció este Muradella 2008 (la añada viene en el corcho) y nos lo dejaba al mismo precio que el Gorvia. Así que ni lo dudamos.
Está elaborado por Quinta da Muradella en la D.O. Monterrey, con Mencía, Mouratón y Bastardo al 30% y un 10% de Garnacha tintorera, para reposar durante 14 meses en barricas de roble francés.
Fruta roja en nariz, pero también bastante oxidación, balsámico. En boca es ligero, esperaba algo más de cuerpo, la acidez y madera muy bien integradas, pero realmente corto. Le faltaba algo, quizá alma, quizá ... vete a saber qué pero el vino no es para tirar cohetes, una lástima de verdad, y no es que estuviera malo pero....
Tinto Muradella, en Verín, altibajos con esta bodega que sabe hacer unos vinos que quitan el sombrero, quizá esta botella no estaba en su punto más óptimo, pero es nuestra opinión y si no estáis de acuerdo pues a decirlo, porque somos humanos y como tales, por suerte, nos equivocamos.