Cuando se acerca la Navidad, la mesa gana protagonismo y cada decisión cuenta. El vino no solo acompaña el plato; también ordena el ritmo de la cena y deja huella en el recuerdo. Con menús largos y tiempos diferentes, se agradece una regla clara que sirva para Nochebuena, Navidad y fin de año. Además, se valora que la elección se adapte a gustos variados sin exigir conocimientos técnicos. Para resolver esa duda recurrente, VINOS DEMUERTE propone una pauta sencilla y práctica: partir del menú, medir la intensidad de sabores y escoger el estilo que mejor equilibre. Así se evita comprar por impulso y se gana seguridad, incluso cuando la mesa combina recetas y propuestas nuevas.
DEMURTE WINES, la línea de Winery On Creations elaborada en España, reúne referencias pensadas para mesas festivas. Con uvas como la Monastrell y un perfil marcado por fruta y matices especiados, la marca orienta la elección hacia el disfrute inmediato. Por eso, el criterio principal es que el vino acompañe y no tape el plato. Además, conviene ajustar la temperatura de servicio para preservar aromas.
Elegir por el plato ayuda a acertar
Si el menú gira en torno a marisco, pescados al horno o salsas ligeras, conviene un blanco con acidez y final limpio. Este estilo refresca y realza el producto, sin competir con él. En cambio, cuando predominan entrantes variados, verduras asadas o recetas con toques dulces, un rosado gastronómico suele aportar equilibrio. Es una opción flexible, especialmente cuando la mesa mezcla sabores fríos y calientes.
Para asados, guisos y carnes con salsas intensas, un tinto con estructura y tanino pulido ofrece volumen y persistencia. Este perfil acompaña bien especias, setas y fondos reducidos, y sostiene el plato sin agresividad. Si aparecen postres con cacao o frutos secos, el tinto con notas maduras puede prolongar el final de la comida. “En Navidad se valora lo auténtico y lo fácil de disfrutar; el vino debe acompañar la ocasión, no imponerla”, señalan desde DEMURTE WINES.
Una elección que también funciona como regalo
En estas fechas, el vino se comparte y también se regala, y ahí la presentación importa. Un diseño distintivo y una gama reconocible añaden valor percibido sin disparar el coste, cuando se busca un detalle elegante. Por otra parte, elegir según el paladar de quien lo recibe reduce el riesgo de error. Si prefiere platos ligeros, encaja mejor un perfil fresco; si disfruta de recetas contundentes, resulta más adecuado un tinto con cuerpo.
Con esta guía, VINOS DEMUERTE resume una regla simple para cerrar el año con acierto: a plato delicado, vino sutil; a plato potente, vino con estructura. Así, la Navidad gana fluidez y cada brindis se vuelve más natural. Para ampliar recomendaciones y conocer la colección completa de VINOS DEMUERTE, la información está disponible en el sitio oficial de Winery On Creations.