En el número 36 de la calle Moratín, encontramos este espacio de decoración sobria y elegante, presidido por una larga estantería de madera que alberga numerosos libros y algunas de las botellas de vino de las más de sesenta referencias que poseen.
Nosotros fuimos para cenar y el ambiente con luces tenues y velas en cada mesa era de lo más acogedor, además de la música de fondo, pero sin que impidiese conversar tranquilamente.
Además de la selección de los platos que conforman su carta, cada mañana acude al mercado para realizar una cuidada elección de los productos, especialmente de las verduras, y podemos dar fe de ello. Después de un aperitivo de queso de la gran variedad de quesos de leche cruda que ofrecen, así como alguno azul asturiano, nos aconsejaron como entrante media ración de puerros, que podemos decir que no los hemos probado mejores: tiernos, jugosos, sabrosos... como dicen nuestras abuelas, de esos que ya no hay.Y también para compartir pedimos su salmón marinado, que estaba exquisito e igualmente sabroso y lo regamos con una copita de Albariño Finca Arantei en la temperatura perfecta y que entraba de maravilla.
Para seguir dudamos entre la merluza al cava en papillote, el steak tartar y el crujiente de cochinillo y al final nos quedamos con estos dos últimos (dejaremos la otra opción para la siguiente visita), en los que de nuevo cabe resaltar la excelencia de la materia prima y una combinación de sabores de diez.
Acompañamos los segundos con un par de copitas de Caliza, de las bodegas del Marqués de Griñón, a base de uva syrah y petit verdot. Y es que no podemos dejar a un lado los consejos de su sumiller, quien amablemente te ofrece diferentes opciones con las que maridar tus platos.
Para ponerle la guinda a esta cena, el placer de los amantes del chocolate: un coulant de yuzu, que igualmente era una delicia y que acompañamos con una copa de cava y de oporto.
Terminamos la noche charlando en nuestra mesa con Marcos, quien compartió con nosotros el concepto de su negocio, iniciado tan sólo hace 6 meses, de sus valores, sus ideas, su prioridad en la materia prima y en el cliente, al que le gusta mimar y hacerse sentir como en casa (y le damos toda la razón).
Pero si todos estos factores fuesen pocos, hay que añadir lo ajustado de sus precios, entre los 7 y 17 euros el plato, y postres entre 4 y 6, que permiten disfrutar de la calidad de su cocina a precios impensables a día de hoy.
Como decíamos al principio, la Vinoteca Moratín lo tiene todo. Y desde ahora se ha convertido en un indispensable en nuestras noches en la capital. Una apuesta segura para una velada que no dudarás en repetir.
¡FELIZ FIN DE SEMANA!
Vinoteca Moratín
C/Moratín, 36
Madrid
911 27 60 85
www.vinotecamoratín.com