Violencia de género

Publicado el 31 enero 2019 por Alejandropumarino

José Javier Salvador, en la fotografía con la letrada que lo defendió por el asesinato de su esposa, Pilar Rebeca Santamaría, a quien terminaría igualmente matando unos años más tarde. Mantenía una relación sentimental con la abogada.

Es evidente que la prisión permanente revisable, en caso de haber sido aplicada, hubiese conseguido minimizar los daños sociales evitando, al menos, la muerte de la letrada.

No menos obvio resulta lo absurdo de los sentimientos humanos, que llevan a una excelente profesional del Derecho a establecer una relación con un asesino confeso, además, en un asunto de violencia de género.

Pese a que tenemos establecidos mecanismos de control para este tipo de asuntos, el buenismo nos lleva a cometer errores. La junta de tratamiento del centro penitenciario donde cumplia condena, no lo veía reinsertable; una decisión en contra de las recomendaciones -profesionales- terminó en otro crimen.

Son reflexiones, más o menos evidentes, invitándonos a no ser ciudadanos sorbedores/sopladores, como se dice ahora. Si se defiende a la vícitma de la violencia de género, no es razonable, a posteriori, desatender las recomendaciones del centro donde cumplen condena, en favor de una tolerancia mal entendida y que, en mi experiencia a lo largo de muchos años, siempre -digo siempre- ha costado vidas.