Algunas de las “artesanías” destinadas a un fin macabro que por fortuna no se materializó. Foto: D.A.E y M.G.G
Salir de casa resulta hoy tema complicado para algunos jóvenes. Las elecciones varían según las preferencias y posibilidades económicas de cada cual. Unido a estas limitaciones existe el peligro de resultar agredido buscando, simplemente, un lugar agradable donde esparcirse con tranquilidad.
Por: Maikel Gonzáles Gonzáles y Darío Alejandro Escobar
El Pupi es un joven como otro cualquiera. Es de aquellos que son llamados comúnmente “chamaco tranquilo”. Se enfrenta al mismo problema de otros de su edad: en ocasiones no encuentra a dónde salir para divertirse durante la noche.
Cierto día, años atrás, le ocurrió algo que, de seguro, no olvidará fácilmente. Se encontraba con un amigo en La Costa, centro recreativo perteneciente al reparto Cojímar del municipio de Habana del Este. Ahí disfrutaban de la música. Su amigo andaba en compañía de una muchacha. Ella, sin pretenderlo, captó la atención de un “cazador” que estaba al acecho de féminas.
Lo sucedido después ha devenido como un fenómeno cotidiano en este tipo de lugares. El “cazador” se acercó a la muchacha y le dijo cosas indebidas al oído. El amigo del Pupi no cruzó los brazos y salió en defensa de su compañera. Entonces comenzó la querella. La voz tornó algarabía y solo se logró escuchar claramente una amenaza bien popular: Qué bolá, me sirve cualquiera.
Al desafío contestó un camarada del “cazador”: Te sirvo yo. Tal respuesta llegó acompañada de un objeto metálico filoso, un punzón, al cual nadie quiso enfrentársele. El Pupi entró entonces en escena y con justificaciones tales como: Olvídalo, está borracho y, no sabe lo que dice, logró convencer al sujeto amenazante y no hubo lamentaciones.
Es mi socio y no dudaría en hacerlo nuevamente. Los amigos se defienden en todo momento. La amistad es invaluable y resulta obligatorio cuidarla bajo cualquier circunstancia, argumenta el Pupi.
No se trata de una teleserie de ficción. Acciones como estas suceden con frecuencia en instalaciones nocturnas recreativas de la capital. Las noches habaneras traen consigo alegría y ganas de festejar, aún sin existir motivos para ello. Pero el cubano es así de contento. Basta con salir de la casa después de las 8:00 p.m. y comprobarlo.
Sin embargo, no siempre tropiezas con algo grato para recordar y a veces nos transformamos en testigos de episodios realmente desagradables donde los protagonistas casi nunca exceden los dieciocho años de edad.
Cerca de La Costa
Ubicada en litoral noreste habanero, esta “discoteca” se ha convertido en una de las escasas opciones para la juventud de este y de otros municipios que, sin contar con un soporte económico solvente, acude en masa compacta a “pasar un rato” los fines de semana. La entrada tiene un costo de $ 20.00 M.N.
En condiciones deplorables de construcción y ausencia de iluminación exterior, los actos vandálicos y riñas encuentran un escenario casi perfecto para sus realizaciones.
La música incide mucho, el alcohol y el reguetón después de tres horas pueden ser decisivos. También hay que tomar en cuenta el tipo de público, opina Jorge Rubio Gil, administrador del establecimiento, quien ejerce ese cargo hace poco más de un año.
Es importante destacar que no es el equipo de seguridad interna el aspecto endeble del sistema, ya que según se ha podido comprobar funcionan eficientemente mediante el cacheo corporal a los varones y la acción rápida de inmovilización y expulsión de los agresores.
Pero esto no basta, las muchachas son cómplices muchas veces porque esconden las armas u objetos punzantes dentro de su ropa interior y así logran pasar el chequeo porque a ellas no las revisamos, agrega el mismo funcionario.
En otras ocasiones, el modus operandis utilizado por los individuos problemáticos es esconder las armas u objetos contundentes como palos y cabillas en los alrededores del recinto para que cuando llegue el momento de la salida, utilizar esos instrumentos.
Entre las medidas de seguridad se encuentra también el registro de nombres y apellidos de cada individuo que accede al local, así como del número de carné de identidad de los mismos. Aunque esto no siempre funciona porque algunos niegan haber traído documentos e informan datos que pudieran ser falsos.
Por otra parte, es sabido que una botella bien pudiera constituir un objeto peligroso. Entonces ¿por qué venden bebidas en estos envases? Jorge Rubio plantea la negación de estas ventas en La Costa, sin embargo, un grupo de trabajadores del local, quienes prefirieron no identificarse, respondieron afirmativamente ante la posibilidad de una compra.
Respecto a la respuesta rápida ante riñas, el administrador sostiene la suficiencia de su personal para el control interno y la prácticamente innecesaria presencia de fuerzas policiales, aunque en las áreas exteriores, cuando la gente sale de la discoteca, el riesgo aumenta, y quién controla entonces.
La jefa de Vigilancia del Comité de Defensa de la Revolución, CDR#2, Gladis García, de Cojímar, informó que con respecto a otros años los actos desagradables han disminuido bastante. El año 2006 fue de los más malos, hubo muertes pero no dentro de la instalación. Los problemas graves mayormente han sido en el momento de los muchachos salir, afirma.
Callejon preferido por los adictos para ingerir sustancias tóxicas. Foto: DAE y MGG
Por aquellos tiempos las drogas nos afectaron bastante. Los jóvenes se metían en los pasillos de los edificios cercanos a ingerir estas sustancias. Era terrible. Actualmente hay discusiones y la gente tiene encuentros agresivos pero no es lo mismo de antes. El administrador de ahora es una buena persona y la situación ha cambiado mucho desde que él trabaja ahí, agregó.
Qué opinan algunos
Yasser Rodríguez: Iba a La Costa y no me resultaba agradable. Tuve muchos problemas allí y hace tiempo no voy. Había una pila de chamacos que por pisarlos sin querer, o rozarlos, te miraban con mala cara, afirma. Hace poco más de un año, hubo una bronca fuera de esa discoteca y recibí un botellazo en la espalda. Pudo haber sido peor.
Adriane Díaz Rodríguez (estudiante de Psicología): Voy a la Costa de Cojímar donde la seguridad es muy buena. Aunque adentro siguen existiendo problemas.
Las muchachas no podemos detener la vista, sin intenciones, en algún muchacho porque al momento pretende conquistarte. Son incapaces de respetar si estás con tu pareja. Simplemente vas por diversión, por bailar, y terminas evitando un problema.
La HOT no está tan caliente
Malecón No.107 % Crespo y Genio es la dirección donde se puede encontrar a la discoteca La Hot, muy popular para los jóvenes habaneros. Aquí son casi nulos los problemas con el mal comportamiento.
La gente que viene es tranquila: universitarios y del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas “Vladimir Ilich Lenin”, expresó el Jefe de Seguridad, Alejandro Sauco.
No permitimos entrada de bebidas alcohólicas, ni personas ebrias. Solo pasan los mayores de dieciséis años. El custodio principal verifica la edad exigiendo el carné de identidad y también palpa a los muchachos en busca de cualquier objeto peligroso, opinó el también Técnico de audio.
La música es distinta. Normalmente variada (salsa, romántica y otros tipos). Los domingos hay matinée de 4:00 p.m. a 10:00 p.m. y se pone música electroacústica. El precio para entrar varía de vez en cuando pero casi nunca sobrepasa los 2.00 cuc. Afuera tampoco ha habido problemas de conducta pese a que la gente sale con sus tragos arriba. Aquí vienen generalmente chamacos tranquilos.
En cuanto a los jóvenes que visitan este lugar es necesario señalar que no todos proceden de los centros estudiantiles mencionados por Alejandro Sauco. Provienen también de institutos politécnicos o no tienen ocupación alguna. No obstante las opiniones existentes sobre este centro recreativo apenas señalan algún aspecto negativo.
¿Qué piensas de la Hot?
Liset Abadiet (estudiante de Psicología): La Hot de Malecón es otra historia. Allí van personas con otros gustos y preferencias. Me refiero a quienes disfrutan de géneros como el rock y la música house. En cuanto a lo de fijar la vista en alguien, sucede lo mismo que en La Costa. El espacio es más reducido; el ambiente, acogedor.
Osmany Díaz (Servicio Militar Activo): Voy cuando puedo pero me parece un buen lugar para pasarla bien. Ahí no se ve eso de que uno le metió un puñetazo a otro por alguna bobería. Además, escucho lo que me gusta. La gente habla mucho de los roqueros pero ellos no se meten con nadie ni forman líos.
Una noche en el TIKOA
El Vedado, ¡Oh bendito Vedado!, es destino casi ineludible para la inmensa mayoría de jóvenes capitalinos de todos los credos y gustos, no solo por el últimamente invadido Parque G, o por los numerosos cines y nuestra nunca bien ponderada Coppelia, sino, además, por sus discotecas y clubes nocturnos que, ridícula y vertiginosamente suben y bajan los precios. No obstante, como diría un transeúnte: ¿Adónde vamos a ir?
El TIKOA es un pequeño espacio subterráneo, casi imperceptible, para quien transita por el relieve declinante de la Avenida 23, más específicamente entre las calles N y O. Pero a pesar de su fatalismo geográfico y de la competencia de algunas mounstrocidades del entretenimiento, éste club nocturno tiene su público.
Lo que pasa es que, como es chiquito, estás obligado a entrar por parejas y eso limita un poco. Además, a diferencia de otros lugares la gente aquí viene a compartir y a bailar, no tiene nada que ver si eres miqui o repa. Es uno de los pocos lugares tranquilos y baratos que conozco, opina Rafael Capote, quien dice ser cliente asiduo del lugar.
Importante es señalar que las medidas de seguridad son muy bien aplicadas en este centro recreativo. Tres porteros o custodio están ubicados a los laterales de escalera que da acceso a la única entrada, se solicita el carné de identidad y se comprueba que venga en pareja. Además, dentro de la instalación permanecen dos guardias.
Hay que ser muy cuidadoso con el público, nosotros tratamos de venderle cerveza en lata y evitamos el ron, pero cuando lo hacemos preferimos vendérselo a tragos para no darle la botella y no tener que lamentarnos después, informa Osbel Llacer Alpízar quien es el administrador en funciones.
Las bebidas alcohólicas significan para el cubano un ingrediente indispensable del entretenimiento
Si bien algunos consideran la música como un factor influyente, por ejemplo el reggaeton o el rock, el custodio Lázaro Valdés alega: eso no tiene nada que ver porque aquí se pone bastante reguetón y no tenemos muchas dificultades, eso depende del nivel de alcohol y del respeto enseñado en la casa.
Pero, cuidado, el color de rosa no existe allá, en el entorno no siempre se respira tranquilidad, son conocidas las peleas provocadas por jóvenes y a veces no tan jóvenes dentro y fuera de los locales dedicados a la diversión, a esta realidad ni siquiera el TIKOA escapa.
En esta zona hay un poco de violencia debido al alcohol, ellos salen borrachos de las discotecas, discuten y lo que se forma aquí afuera es candela brava, revela un suboficial de segunda de la Policía que negó revelar su nombre.
El mejor lugar para salir…
Osmel García: Personalmente prefiero asistir a discotecas como la del Hotel Comodoro porque hay un mejor ambiente, contrario al de La Costa de Cojímar y otras que son más baratas. Pienso que el precio tiene mucho que ver.
He ido a lugares donde ciertos personajes, intencionalmente, colocan una botella de ron casi vacía y si alguien tropieza con ella, lo obligan a comprar otra. Eso no se ve en el Comodoro.
Liset Abadiet: A mi me gusta ir a discotecas, aunque prefiero ir por la Universidad. Confío más en los estudiantes universitarios y con ellos me siento a gusto. No voy a algunas porque hay mayor riesgo de ser agredida y el ambiente es malo.
Buscando un culpable…
Idianelis Santillano ,Psicóloga e investigadora del Centro de Estudios sobre la Juventud): Los medios audiovisuales tienen vínculo con esta dificultad. Ellos participan en la socialización de los seres humanos y validan modelos, los cuales pueden o no ser admitidos por la población. Estos modelos se relacionan con comportamientos y formas de pensar.
Por lo tanto, si uno está siendo influenciado por patrones erróneos hay entonces peligro de actuar indebidamente en determinadas situaciones. En los medios hay violencia, sin embargo, no tienen la mayor responsabilidad, alega .
La familia y los amigos también afectan. Las características individuales de cada persona: si es pasivo, si se altera con facilidad, y otras. Una mala etapa en nuestras vidas puede originar malas actitudes. Es decir, son varias las causas, agrega la psicóloga.
Atribuyo a la familia una altísima carga en cuanto a este aspecto. En grupos donde se incluyan jóvenes, haya lazos afectivos fuertes y no se genere violencia difícilmente tendrá consecuencias negativas. Si desde niños no tenemos una buena educación formal el inconveniente aumenta, aconsejó Santillano.
El sistema educacional, por otra parte, adolece de estas cuestiones de educación fuera del ámbito docente.
No creo que la música se vincule al problema. Más bien incita más a lo sensual y sexual. Por ejemplo, se dice que los roqueros oyen una música estridente pero ni siquiera pelean opina la investigadora.
Tampoco la falta de ofertas recreativas está ligada al asunto. Podemos ver que lejos de la capital donde éstas prácticamente no existen e incluso, se ingiere más alcohol, la violencia es menor.
Es cierto que hay pocos lugares para divertirse pero también hay problemas de divulgación y una concepción muy estrecha de recreación. Hay que educar en cuanto a este último aspecto para que la gente entienda que no se trata solamente de saltar y brincar.
¿Quién pone el cascabel al gato?
Es la pregunta que todo el mundo se formula. La complejidad y gravedad del tema obligan a reflexionar profundamente en busca de una solución. Nuestras madres y abuelas muchas veces no duermen durante toda una noche hasta que el joven o adolescente de la casa retorna sano y salvo al hogar.
Ciertamente no vivimos en una de sociedad pletórica de males, pero sabemos que es imperfecta . Las nuevas generaciones representan un futuro donde no deben estar incluidas las manifestaciones violentas hacia el prójimo. Por desgracia es un germen que cobra cada día más adeptos.
Durante las averiguaciones realizadas por estos reporteros se pudo constatar que no abundan las investigaciones en el acápite de la violencia interjuvenil específicamente y las encontradas no están acorde a nuestras realidades cotidianas, es algo impresionante dada la importancia del tema.
“A pesar de los pesares” debemos ser optimistas, sin pasearnos al extremo de ofrecer la otra mejilla o responder con más represivos, no nos queda otra solución que la de afrontar el problema y no adjudicarle la culpa a los demás -hábito cada vez más popularizado por los cubanos- en algo que al final del camino, nos afecta y concierne a todos. Entonces, convirtámonos todos, en especialistas en ponerle cascabeles a los gatos.
Nota: Este trabajo tiene ya seis años de antigüedad. Fue nuestro primer reportaje periodístico en la carrera. No obstante, si usted encuentra hoy algún parecido con la realidad actual, se lo advertimos, es pura coincidencia…