La violeta africana es una planta perenne procedente de regiones tropicales, por lo que a menudo se emplea como planta de interior. También admite estar en el exterior en climas templados en verano y primavera siempre que las temperaturas no bajen de los 20ºC. En mi caso siempre la he tenido en interior pero eso sí, requiere de bastante luz (nunca directa del sol sino semi-sombra) y de un suelo bastante húmedo.
El riego que yo le doy es con un plato es decir, no la riego directamente desde arriba sino que le coloco un plato debajo, lo lleno y espero que vaya absorbiendo. Suelo estar pendiente, si veo que absorbe rápido el agua le sigo echando hasta que vea que al final no absorbe más. Eso será suficiente y retiraremos el sobrante de agua para evitar que las raíces se pudran. El sustrato deberá estar siempre húmedo y bien drenado. En cuanto el terreno está un poco seco las hojas se empiezan a poner blandas y se caen.
Sus flores pueden ser violetas como estas, rojas, rosas, o blancas.
Su reproducción es mediante la técnica del esqueje por hojas que se hace durante el verano. Este año lo probaré y os cuento.
Yo tengo esta planta desde hace unos 4 años, y le hice el primer trasplante hace 1 año. En su momento leí que no convenía hacer el transplante antes de los 3 años, hice caso y me fue muy bien. Lo que es importante con los trasplantes es que el nuevo recipiente donde lo coloquemos no sea excesivamente más grande que el anterior (unos 2 cm más).
¡Pensad en verde!