Si aún no has visto la primera temporada de la serie no sigas leyendo. SPOILERS!
La serie de Starz es oda de amor al cine de serie B, al gore puro y duro, a las películas sin grandes presupuestos ni grandes efectos especiales como las que Sam Raimi dirigía en sus inicios. Durante 10 capítulos de infarto, Ash Vs Evil Dead ha mantenido una coherencia narrativa y argumental que explota en la season finale apuntalando con tino y una daga kandariana la mitología de esta saga. Desde El Jefe hasta The Dark One, la trama avanza de manera efectiva e inteligente combinando el componente nostálgico, para los fans de las películas, con nuevos elementos -Kelly, Pablo, Ruby o Fisher, la mujer que huele a lavanda- con el fin de atraer a público joven que, poco o nada saben de la saga iniciada en 1981 por Sam Raimi.
El universo deadite sigue combinando con acierto y cierto frenesí visual el horror, el miedo y la comedia permitiendo que Bruce Campbell retome el papel de su vida y, de paso, se lo pase en grande enfrentándose a un mal despiadado y carnicero que lleva tres décadas pisándole los talones.
El lobo protector y el demonio
Ash no es un héroe al uso pero ES nuestro héroe. Un tipo de pocas luces, egoísta, racista, machista, con tendencia a meter la pata y con un sueño, pescar en Jacksonville, que traerá muchos problemas a la humanidad. Es lógico que Ash sea como es; si toda tu vida has escapado del mal, si has tenido que decapitar a tu novia, si has visto morir a todos los que querías y has conocido el mal en estado puro; es normal que se te vaya un poco la cabeza y que solo te preocupes por salvar tu culo y llevarlo a descansar a una tumbona en las playas soleadas de Jacksonville.
Sin embargo, es ella quien le da una vía de escape a nuestro héroe, una alternativa que Ash no duda en aceptar. Ni Pablo ni Kelly tienen voto en esta decisión. El Jefe quiere una vida normal, tranquilidad lejos de la lluvia de sangre y, sobre todo, salvar las vidas de sus dos compañeros de viaje. Puede que Pablo y Kelly hayan madurado lo suficiente como para enfrentarse a la horda de deadites pero el líder antepone sus deseos a los de sus sidekicks y firma un pacto con el demonio. Este giro de los acontecimientos es lógico si tenemos en cuenta que el mayor esfuerzo argumental de la temporada ha sido convertir a nuestro lobo solitario en un padrazo protector que se preocupa por el bienestar de Pablo y Kelly, dos personajes que en el tramo final han logrado despertar mi simpatía en su lucha contra los deadites. Ash toma la decisión equivocada por los motivos correctos. Su recién estrenado paternalismo comprometerá el equilibrio en el mundo dando pie a la muy deseada segunda temporada.