1922 (Zak Hilditch, 2017)
La dirección de Hilditch es bastante destacable, logrando transmitir emociones al espectador como esa angustia vital de los personajes o la imposibilidad de redención del protagonista. Pero lo que más eleva a «1922» como producción totalmente recomendable, es la memorable interpretación de un Thomas Jane en estado de gracia. Pequeña joyita de género que nadie debería perderse.
MUSA (Jaume Balagueró, 2017)
A pesar de contar con una llamativa premisa, el interés pronto se desvanece gracias a unas interpretaciones sosas, un desarrollo aburrido y una mala utilización de la figura de las musas, que quedan desaprovechadas tanto en su concepto como en su representación visual. Además, la cinta navega entre el thriller y el terror quedándose en un lugar intermedio que no satisface a nadie. Decepcionante.
JUNGLE (Greg McLean, 2017)
Aunque no está tan brillante como en Swiss Army Man, Daniel Radcliffe sigue dando muestras de crecimiento actoral arriesgando en producciones de este tipo que requieren un intenso esfuerzo físico. Pese a ello, no es suficiente para levantar una película que, aún basándose en una historia real, presenta un buen puñado de situaciones demasiado inverosímiles. Totalmente prescindible.
LAST SHIFT (Anthony DiBlasi, 2014)
El director Anthony DiBlasi utiliza trucos muy manidos dentro del género, por lo que la sorpresa es mínima durante el desarrollo de la trama. Aunque la atmósfera se ve beneficiada por algunos momentos acertados, a «Last Shift» le falta valor para explorar terrenos más arriesgados y menos convencionales, por lo que en conjunto la película, aunque se aguanta en pie, lo hace sobre unos cimientos un tanto endebles.