BLACKWOOD (Rodrigo Cortés, 2018)
Posiblemente sea esta una de las películas que peor aprovecha su decorado, ya que el director de fotografía decidió que era una buena idea que todo se desarrollara en penumbra. Tanto es así, que durante muchos tramos ¡no se ve nada!
Muy prescindible.
CREEP 2 (Patrick Brice, 2017)
Perdido totalmente el factor sorpresa tras la primera película, «Creep 2» se dedica a repetir el mismo esquema quitando peso a la atmósfera y cargando las tintas en un tono cuasi paródico. El magnetismo de Mark Duplass queda totalmente devaluado por lo básico del guion, y cualquier intento de sorpresa fracasa estrepitosamente. A su favor he de decir que la vi del tirón a altas horas de la noche, cosa que no suele ser muy habitual últimamente.
SOLO (Hugo Stuven, 2018)
Fruto de ello, encontramos una película muy desigual, en la que los buenos momentos son arrastrados por otros que no interesan. Igualmente, el actor Alain Hernández da una de cal y otra de arena, mostrándose solvente en las escenas físicas pero muy plano en la parte dramática. En este sentido es de agradecer la presencia de una Aura Garrido que se come la pantalla cada vez que aparece.
TAU (Federico D'Alessandro, 2018)
El debut en la dirección del uruguayo Federico D'Alessandro (forjado en el departamento artístico de muchas películas Marvel) se salda con una película de ritmo muy irregular y desarrollo caótico, que acusa sobremanera un guion pobre que hace un bochornoso uso de la inteligencia artificial (a la que pone voz un desubicado Gary Oldman). Lo único destacable en este desastre es la presencia de Maika Monroe, que hace lo que mejor se le da, interpretar a una scream queen de toda la vida.