Esta nueva remesa de reviews cortas viene protagonizada por cuatro títulos de reciente estreno en los que predomina el homenaje a propuestas anteriores. El resultado, como comprobaréis a continuación, se mueve en baremos bajos de calidad. LA MONJA (Corin Hardy, 2018)Nuevo spin-off de la saga The Conjuring, aquí centrado en la misteriosa monja que apareció sorpresivamente en Expediente Warren 2: El caso Enfield. Ya conozco la opinión generalizada sobre la película y, sí, volvemos a tener una cinta que basa su afán en el gusto por el sobresalto y el susto fácil. Sí, volvemos a tener un guion ramplón y a ratos chapucero. Sí, volvemos a tener una premisa totalmente desaprovechada. Pero ojo, La Monja ofrece cierta intención de huir de lo digital y dejarse influenciar por un terror setentero y hasta ochentero que nos regala unos cuantos momentos muy disfrutables, especialmente durante su desenlace. Esto, unido a una ambientación que recoge con cierto tino pequeños elementos barkerianos y del cine satánico, hacen que «La Monja», al menos para mi gusto, no sea tan infame como parece. MARY Y LA FLOR DE LA BRUJA (Hiromasa Yonebayashi, 2017)El Estudio Ponoc intenta trasladar en esta producción el más puro espíritu Ghibli, abrazando elementos y conceptos muy presentes en las obras más recordadas de las películas de Hayao Miyazaki. Y lo consigue, pero solo a medias, ya que Mary y la flor de la bruja se me antoja demasiado infantiloide y deja las segundas intenciones muy arrinconadas. El diseño del mundo y las criaturas fantásticas dejan una sensación de déjà vu, cosa que también sucede con el guion. Aún así, no cabe duda de que contiene elementos que la convierten en una película muy adecuada para ser disfrutada en familia y para mostrarles a los niños las bondades de la animación tradicional. PREDATOR (Shane Black, 2018)Aunque mis expectativas no eran demasiado altas, al menos esperaba poder pasar un rato entretenido con la nueva entrega de la saga Depredador. Este reboot/remake/continuación sirve para confirmar que el otrora prestigioso Shane Black no atraviesa su mejor momento. Predator empieza relativamente bien, asumiendo un espíritu de tributo al cine de acción y ciencia ficción ochentero. Pero por el camino se transforma en algo infame, mucho más apropiado de productoras tipo Asylum o Syfy que de un estudio tradicional. Aun dejando el cerebro en modo off, es complicado pasar por alto la cantidad de incoherencias y absurdos que desfilan por la película, convirtiéndola en una pura parodia que no hace gracia y que, en mi opinión, le hace un flaco favor al personaje y a la franquicia. Sorprendentemente mala. VENOM (Ruben Fleischer, 2018)Los pequeños avances o imágenes promocionales que se habían presentado, no hacían esperar nada bueno de Venom, el penúltimo intento de Sony por explotar personajes de Marvel. Algunos de esos temores se confirman cuando vemos a un Tom Hardy sobreactuado, una química inexistente con Michelle Williams, un villano de opereta, y unos efectos digitales a años luz de lo que ofrece hoy día la mayor parte de las películas de superhéroes. Ahora bien, hay algo en «Venom» que hace que seamos capaces de perdonar todos sus defectos. Y es que lo que Ruben Fleischer (Bienvenidos a Zombieland) nos ofrece es una cinta con todo el espíritu del terror de serie B, al que homenajea desde el mismo inicio. Con esto en mente, podemos disfrutar de un divertido entretenimiento que se aleja conscientemente de la espectacularidad y épica del universo cinematográfico Marvel.