Es cierto que no estuvieron acertados a la hora de manejar sus opciones en ataque y puede que demasiado ansiosos, como se ha venido diciendo... pero sus virtudes se ven minimizadas por la vulgaridad del mediocampo del Madrid. Para un jugador de ataque es extremadamente complicado generar opciones de peligro si recibe el balón en la medular y tiene que conducirlo hasta la frontal del área. Un examen de este estilo ha estado martirizando a Leo Messi en sus intervenciones con la Selección Argentina y está sufriendo por ello numerosas e inmerecidas críticas en su país.
En el Real Madrid esto ya lo hemos vivido en más ocasiones... El año pasado en el partido de vuelta contra el Liverpool, en una hipotética comparativa entre Dirk Kuyt y Arjen Robben saldría perdiendo el madridista. La diferencia entre ambos estriba en que al primero se le presentaron entre diez y quince ocasiones para encarar a Heinze y el segundo tenía que recibir el balón en el centro del campo y enfrentarse contra el mundo. Quizá por fallar en pruebas de este estilo algunos medios lo consideraron una buena venta.
Esto ha ido generando un círculo vicioso en el Real Madrid en los últimos años... lo grueso del presupuesto se destina a sustituír a los jugadores de ataque por el jugador de moda del momento, y lo que sobra va para el centro del campo, que son gente que no llena los estadios en las presentaciones. Este año se ha intentado reforzar también el centro del campo (Xabi Alonso, Granero y Kaká)... pero se ve que no ha sido suficiente ya que por esa zona, el Real Madrid ha hecho aguas en todos los partidos de gran exigencia. Después de toda la inversión, el único jugador que tiene cierta claridad para buscar conexiones sigue siendo Guti, del que nunca se ha podido (ni querido) depender.
El Real Madrid lleva más de diez años buscando a un jugador como Guti y todavía no lo ha encontrado, y a cada paso se constata que el problema es cada día más serio... A Florentino le queda cada vez menos tiempo para resolver el problema del mediocampo y construír un equipo de una vez, ya que hoy le puede cargar el muerto a Pellegrini, pero en el momento en el que despida a dos o tres entrenadores de perfiles contrapuestos se le acabarán las excusas y se empezará a dudar de él.
Empieza la cuenta atrás.
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