Jazar es una antigua ikastola de Pamplona, recuperada por sus nuevos ocupantes para convertirla en la sede de su asociación cultural. Para ello, han arreglado las carpinterías, han realizado un sistema de prevención de incendios, han construido los muebles… Han conseguido que el espacio esté vivo y posea un alma especial donde se respira el esfuerzo de las personas que nos recibieron, con una sonrisa en la cara y una mesa repleta de cruasanes y café. De este modo comenzó nuestra visita.
En una pared se puede apreciar una proyección constante de fotografías sobre cómo estaba el espacio cuando llegaron, y cómo se fue transformando. Un año y medio separan las primeras imágenes de las actuales.
Después nos explicaron sus métodos de gestión, mientras nos acompañaban en la visita al edificio. La asociación está formada por unas 80 personas, 20 de las cuales están implicadas de forma continua. Todas las decisiones de Jazar se toman en Asamblea, aunque en el mismo noviembre habian decidido constituir algunos grupos de trabajo, con el fin de agilizar ciertas acciones: Administración y economía; definición de proyecto; gimnasio; limpieza; mantenimiento; programación; cocina/barra; arquitectura; comunicación; y legislación.
En Jazar se reúnen una vez a la semana, alternando la Asamblea con los encuentros de grupos de trabajo, algunos de los cuales son permanentes y otros se hacen y deshacen en función de las necesidades del proyecto.
El edificio se compone de 5 plantas, 3 de ellas de acceso comunitario, es decir, abierto al público. El uso de los talleres de estas plantas se sustenta sobre la confianza: carpintería, sala pintura, estampación, encuadernación, plástica, estudio/laboratorio foto, informática, taller bicis, ensayos, quesería, cocina, artes escénicas, textil, cerveza, taller maquinaria grande y fab lab. Los talleres nacen a propuesta de una persona o de un grupo, que son los encargados de coordinar y que se responsabilizan de cada uno de ellos. Además de los talleres existe una bar/comedor con librería, una tienda gratis, un patio con parque de skate y un horno recién construido.
Las demás plantas albergan los espacios privados: arquitectura, lab, estampación, caracterización, artes escénicas, moda, artes plásticas… Son estancias destinadas a la restauración y acondicionamiento del espacio Jazar. Además, cada una de estas estancias debe, como condición, limpiar las zonas comunes del pasillo en el que esté tu taller (incluyendo el propio pasillo y los baños a los que den acceso). Los materiales y muebles, se han ido consiguiendo por deshechos de antiguas tiendas, del barrio… o se han ido construyendo en los propios talleres.
Como comentamos, los talleres abiertos son gestionados por la persona o personas que los propusieron, por lo que también se autofinancian. Para ello se ha creado un sistema, por el que los gestores del taller se encargan del servicio de bar durante una semana, con el fin de ofrecer un servicio de cocina especial, poder invitar a gente y obtener el beneficio de este servicio como forma de financiación. Actualmente, cualquier colectivo que necesite ingresos puede solicitar el servicio de bar durante una semana.
No hay obligación de dar servicios a las zonas comunes si estás usando un espacio privado en un momento determinado, pero las sinergias surgen por sí solas. La gente que ocupa estas estancias, acostumbra a cedrlas para la realización de reuniones, talleres o presentaciones, e incluso se proponen ciertas actividades adicionales a petición de estos usuarios. Se supone que cada socio ha de participar en al menos un grupo de trabajo, pero este es un planteamiento muy reciente.
Nos emocionó el espacio, el proyecto y, sobre todo, la gente. Finalmente, terminamos la visita con una comida fantástica. Llegamos a reunirnos más de una veintena de personas, entre locales y visitantes, curiosos por ambos proyectos, haciéndonos preguntas sin parar, compartiendo aciertos y errores. En Paisaje Transversal y también en #HarineraZGZ, siempre hemos hecho hincapié en lo fundamental y beneficioso que es el aprendizaje colectivo para la ciudad y, además, en las posibilidades que la generación de redes otorga para potenciar este aprendizaje.
Ojala podamos, en un futuro, acoger en Harinera a los miembros de Jazar como colectivo visitante. Desde luego, la invitación queda sobre la mesa.
Con mucha motivación y más de una hora de retraso, salimos camino de ZAWP, hacia la península de Zorrozaure en Bilbao, nuestro último destino, y donde nos esperaba nuestro amigo Manu.
El ambiente del lugar, como apuntaba Jorge Yetano, era algo surrealista: cadenas enormes, que parecían de fantasía, y una profunda niebla, que junto al cansancio acumulado, invitaban a dejar volar la imaginación. Del mismo modo que en Pamplona, aunque en un ambiente mucho más solitario, nos recibieron de nuevo con café, pastas y un gran plano de la “isla” sobre la mesa.
Manu es actor, músico y ha colaborado en televisión. Su trabajo en Renfe, nos explicó, le había permitido llevar a cabo este proyecto de forma bastante liberada, de un modo absolutamente personal. En 1998 abrieron Hacería, como un espacio cultural para producir. Allí, las obras funcionaban durante un mes, y todos los beneficios de la taquilla se lo llevaba la compañía. En 2008, cuando apareció el plan de Zaha Hadid, se replantearon el proyecto para expandirlo a toda la isla y convertirla en una isla de creación.
Tras la creación de «Hacería Asociación», aceptaron una subvención de medio millón de euros para realizar el proyecto en 2 meses. Para Manu, esto fue un gravísimo error. Explicó, de una manera muy clara, que no deberíamos caer en la red de subvenciones que no respondan a nuestra capacidad o nuestros proyectos. En este caso, el Ayuntamiento proporcionaba ese dinero para la restauración y equipamiento, y la asociación no tenía la capacidad de decisión sobre ninguno de estos. Se restauraron seis edificios y, antes de que las obras concluyeran, se abría la convocatoria para ocupar dichos espacios. Los proyectos fueron elegidos por un jurado compuesto por 11 personas entre las que se encontraban representantes del ayuntamiento, la diputación, Hacería y algunos artistas reconocidos. Salieron escogidos 64 proyectos, que pagan un alquiler a Hacería por el uso del espacio, y tienen como condición abrir al público un mínimo de una vez al año.
Los problemas surgieron como resultado de adjudicar el uso sin tener la obra terminada. El ambiente entre los inquilinos no es bueno y algunos dejaron de pagar sus rentas. Tomaron la decisión de reunirse una vez al mes para aclarar cuestiones e intentar que surgiera sinergias, pero las relaciones estaban ya muy deterioradas. Existe mucha confusión sobre los derechos y obligaciones de los ocupantes, y se reclama la subsanación de muchas carencias que la Asociación no puede asumir. Después de esta introducción al origen del proyecto, Manu nos habló sobre el funcionamiento del espacio en términos de gestión, mientras comenzabamos la visita a distintos espacios del proyecto y a las oficinas de ZAWP.
La asociación actualmente se compone de 7 personas asalariadas (él no cobra), 3 de la junta, 2 de administración y 2 de comunicación. El cobro por los espacios de coworking es de 120 euros mensuales. Además, existen residencias artísticas, motivo por el cual son socios de TransEurope Halles, una red de residencias internacionales artísticas. Hay tres tipos de residencias artísticas:
– Tipo A alquiler del espacio
– Tipo B les pagan el viaje y la estancia
– Tipo B1 invitado por Hacería, con todos los servicios gratis
La financiación es en un 48% pública: diputación, Gobierno, Ministerio e internacional para el proyecto de residencias; y en un 52% privada: programación, socios, alquiler de espacios y Amigos ZAWP (20 euros/año el carnet). Estos últimos, se benefician de una serie de ventajas, como invitaciones a eventos, descuento en alquiler de espacios, descuento en el alquiler de puesto de venta en el Mercado de Música, reserva de entradas con antelación, envío del mail magazine trimestral de forma gratuita, envío prioritario de información y programación vía mail.
También vemos la importancia de generar ingresos, apuntando desde el inicio a vías de financiación y creando estrategias para ello de manera continua. Lo que él llamaba hacer “planes de negocio”. Que nos encontraremos, en nuestra hipotética futura actividad como gestores de Harinera, con personas de todo tipo, algunos provocadores, fantasmones y egos como catedrales … pero también con gente buena. Con todos ellos vamos a tener que saber tratar y conseguir extraer aprendizajes. Nos quedamos con esta última idea que nos transmitió Jorge: el viaje, el domingo entero, fue muy valioso en todos los sentidos. ¡Y la posibilidad de convivir y hablar entre los harineros fundamental! Fue muy emocionante que un grupo tan majo de personas del proceso #HarineraZGZ decidieran embarcarse en un viaje, fuera de la programación, y supieran sacarle tanto partido. Queremos agradecer infinitamente a la gente de Jazar su hospitalidad y dedicación. Y a Manu el cedernos parte de su tiempo y sus fantásticos consejos. ¡Enhorabuena por el proyectazo que tenéis entre manos!
Créditos de imágenes
Imagen 01: Montaje con imágenes de Jazar, asociación cultural en Pamplona (fuente: HarineraZGZ)
Imagen 02: Una gran acogida de nuestros amigos de Pamplona (fuente: HarineraZGZ)
Imagen 03: Visita al proyecto y oficinas de ZAWP, Bilbao (fuente: HarineraZGZ)
Imagen 04: Manu, de ZAWP, nos dio una gran cantidad de buenos consejos (fuente: HarineraZGZ)