El martes tenía mi última visita a mi ginecóloga, con los resultados del Test O’Sullivan y otras analíticas de sangre y orina. Para mi sorpresa, todos los resultados estaban bien. Incluso mi Ginecóloga comentó que, para su sorpresa, soy de las poquísimas embarazadas que no tienen anemia. Por lo que la prueba del azúcar bien, el hierro bien y no he tenido Toxoplasmosis en estos meses.
Le pregunté por lo alto que estaba el colesterol. Yo ya tenía colesterol de antes y me preocupaba un poquito, pero me dijo que los parámetros que tengo son normales y buenos para una embarazada dado que de ahí Futuro Bebé saca su propia grasilla para crear su cuerpecito y que lo malo sería que lo tuviera más bajo. Así que todos supercontentos.
Me invitó a subirme al potro para sacar fotitos a Futuro Bebé y casi lloro cuando me dice que está sacando la lengua. Le pedí la foto y la sacó para mí, además de otra para hacer sus cálculos de percentiles. Tengo otra en la que se ve claramente los muslitos de mi niño, que no es por presumir, pero me da que va a salir como su padre: “morrosko”.
También ha sacado otra en la que se rascaba la nariz, aunque al principio yo pensaba que se estaba comiendo el pie.
Comentó que tengo una placenta muy joven y el líquido es correcto. Al calcular los percentiles, Futuro Bebé está correctamente en percentil 50. Según los cálculos de la máquina ecográfica, el martes pesaba 1.036 kgs.
Y como todo estaba bien y no tenía que hacerme la curva larga del azúcar, me ha dado cita para dentro de un mes. Justo antes de Navidad.