El nuevo edificio está ubicado en el antiguo depósito franco del canal de Deusto y combina elementos estructurales del edificio antiguo (por ejemplo las vigas que quedan visibles) con la estructura nueva de una forma muy acertada. El diseño es obra de Javier Pérez Uribarri, de ACXT (el estudio de arquitectura del grupo IDOM), con el que topamos por casualidad en los pasillos durante nuestra visita. Sorprende ya el hall de entrada desde el que se ve a través de una gran cristalera una amplia sala multiusos. Y lo que no podía faltar, situado en medio del hall, un busto de Rafael Escolá, fundador y mentor de IDOM, y fundador de SECOT Bizkaia.
El concepto del edificio y de su distribución interna es moderno y funcional, con elementos originales, como por ejemplo el espacio en la cubierta donde están instalados los equipos del edificio, está camuflado por hierba artificial en la parte inclinada y con hierba natural en el suelo. Allí pueden pasear los empleados durante el momento de descanso. Es un edificio “sostenible”, ya que incorpora las últimas medidas de eficiencia energética en la calefacción y climatización, iluminación, etc. Desde un lado hay una vista espléndida del puente de Rontegui sobre el rio Nervión, que une la margen izquierda con la derecha, y desde otro hay una vista panorámica, de momento menos bonita, sobre la península de Zorrozaure. Esta península se transformará sin embargo por completo cuando se convierta en isla comunicada con puentes y quede profundamente transformada de acuerdo con el proyectourbanístico de la arquitecta iraní Zaha Hadid.
La visita ha merecido la pena. Habra que volver dentro de unos años cuando se termine el proyecto de Zorrozaure...