Desde hace más de tres siglos siete generaciones de la familia Góngora han dedicado todos sus esfuerzos a la elaboración de vinos finos, generosos y brandies.
Su historia comenzó en 1682, en la localidad sevillana de Villanueva del Ariscal, cuando José de Góngora y Arando adquirió la hacienda conocida como "Pata de Hierro" para convertirla en bodega.
Sus viñas se encuentran situadas en las tierras albarizas del Aljarafe sevillano.
En sus más de 11.400 metros cuadrados de superficie Bodegas Góngora cuenta con 1.500 botas de roble americano, distribuidas en soleras y criaderas por las distintas bodegas existentes, alcanzando una capacidad de dos millones de litros de vino.
Además de por sus caldos, las Bodegas Góngora destacan por conservar en perfecto estado de funcionamiento el viejo lagar del siglo XVI y su prensa de viga y husillo.
Esta reliquia de 1574 es utilizada una vez al año, a modo de rito, para la obtención del mosto.
El mecanismo está formado por un gran brazo de madera de pino de flandes, sujeto por cuerda de cáñamo y grandes abrazaderas de hierro, en cuyo extremo posee un enorme tornillo que levanta dos pesadas piedras de molino. Es capaz de ejercer una presión de 110 kilos por centímetro cuadrado y presionar 15.000 kilos de uva en una sola operación. (El Mundo)