Visita a ¡lima, tierra ensantada! con los alumnos de atalaya

Por Joseantoniobenito

¡LIMA, TIERRA ENSANTADA! Si América fue denominada por el antropólogo M. Marzal “tierra encantada”, podemos denominar a Lima “tierra ensantada”. Y lo hemos podido comprobar la mañana del sábado 25 de febrero los componentes del Grupo de Atalaya de la UCSS. Bastaría con visitar el Monasterio de Nazarenas donde se custodia el venerado icono del auténtico muro con el Señor de los Milagros; pudimos apreciarlo bien cerca y apreciar la riqueza iconográfica del muro, encomendándole a Él nuestra misión; nos fijamos en el fastuoso templo, la capilla de la reconciliación en vivo pues pudimos ver las colas de penitentes, los epitafios de los “fundadores” Sebastián de Antuñano y Madre Antonia Lucía del Espíritu Santo. A continuación pasamos por la histórica iglesia de San Sebastián donde fueron bautizados entre otros- San Martín y Santa Rosa.

Un encuentro entrañable fue el vivido en el Museo etnográfico amazónico “José Pio Aza”; guiados magistralmente por Luis -uno de los miembros del equipo del Centro Cultural- contemplamos fotografías, esculturas y objetos de las vida cotidiana de varias etnias amazónicas como Machiguenga, Piro y Harakmbut; también vimos las publicaciones y los programas, y sobre todo agradecemos su pasión por transmitirnos la misión dominica de luchar por hacer más plena la vida de los nativos, llevándoles el Evangelio.

A continuación visitamos la Casa de San Martín de Porres en la que se palpa la vida milagro del santo patrono de la justicia social pues hay un comedor popular y un centro donde se atiende a los necesitados. La visita cobra más valor pues estamos de lleno en el año jubilar que recuerda los 50 años de la canonización de Martín de la Caridad.

Como colofón del recorrido, llegamos a la Basílica de Santa Rosa, guiados por Sor Mónica y el P. Juan José Ungidos, director del Santuario. El templo se alza sobre la casa natal de la santa y cuenta con cuadros, reliquias, imágenes, textos que nos hace revivir la santidad bella y sencilla de Rosa. Al llegar al Pozo de la Santa y comprobar que eran las doce rezamos el ángelus y pusimos punto final a esta santa visita.

Como apéndice me viene a la memoria la coplas populares que cantaba Rosa con el corazón, para unirse más a Dios, y de las que brotaba una comprometida entrega solidaria.

1. Las doce son dadas, mi Jesús no viene.

¿Quién será la dichosa que le entretiene?

!Ay, Jesús de mi alma, qué bien pareces,

entre Rosas y Flores y Olivos verdes

2. Ángel de mi Guarda, vuela y di a mi Dios

que por qué se tarda, que por qué se tarda.

Joven celestial, vuela al Criador,

dile que sin vida yo, viviendo estoy.

Dile de mis ansias el gran rigor,

pues vive el que espera y me muero yo.

Ruégale que venga hacia mí veloz;

muéstreme su rostro que muero de amor.

3. ¡Oh, mi Dios, si yo te amara!

¡Oh, si te amara, mi Dios!

¡Y amándote me quedara

ardiendo en llamas de Amor!

¿Cómo te amaré mi Dios?

¿Cómo te amaré, Señor?

Siendo yo tu criatura

y Tú el Criador.