Visita a Urgencias 3. Otitis

Por Mamá Futura @MamiFutura

Ya lo habréis leído algunas en Instagram, pero esto va cada día a peor. Por fin han recapacitado un poco y le han hecho pruebas para descartar cosas mayores.

¿Por qué vamos a Urgencias en lugar de a su pediatra? Porque pedir cita a su pediatra sería igual una espera de dos semanas y, por el protocolo del hospital donde está su pediatra y Bebé Fúturo tiene historial, en estos casos se acude a Urgencias.

Recapitulando… primero fuimos por una faringitis que se quedó ahí y no pasó a ser unas anginas (que Papá Fúturo y yo sí hemos tenido). Al no pasarle la fiebre, volvimos y para entonces también tenía conjuntivitis (que me contagió a mí). Por suerte, con apenas cuatro gotas de colirio se le ha quitado (a mí no). Y al seguir sin pasarsele la fiebre…

Ayer a mediodía me llaman desde la guardería que Bebé Fúturo está bastante pochito y tiene 39ºC de fiebre, le habían dado Apiretal, pero no parece que mejore y está muy intranquilo. Papá Fúturo va a buscarle y se lo lleva directamente al hospital…

Y ahí comienza mi calvario. Le ingresan para hacerle pruebas: analítica de sangre, de orina, placa de tórax para descartar definitivamente cosas y conseguir encontrar el origen del malestar desde hace tanto tiempo. Le ponen una vía y le dejan metido en boxes, lógicamente con su padre.

La cobertura no existe, las llamadas no son factibles, así que voy recibiendo por SMS a modo de telegramas informes como: “Todo OK. Puesto vía con suero, bebé dormido”… Y en mi mente salta un grito de alarma que dice algo así como: “¡¡¡¿Cómo que todo OK si tiene puesta una vía?!!!”.

Yo quería pensar que el todo OK era real. Que no pasaba nada, que no era imprescindible allí, pero la intranquilidad llegó a un punto en el que no podía pensar en lo que estaba haciendo. Todo eran ganas de salir corriendo a verle. Por fin me dio el visto bueno mi jefe y pude salir corriendo a todo lo que me permitía el transporte público…

Llegué justo a tiempo cuando le dieron el alta. Así que regresé a casa y me quedé con él. Pronóstico definitivo: otitis.

Ahora Papá Fúturo tiene gastroenteritis (cosa que ya me temía en Bebé Fúturo cuando me vomitó encima dos noches atrás), yo la conjuntivitis… Y a ambos nos ha regalado la faringitis. ¿A quién le tocará la otitis? No sé, señores… pero aquí quiero bautizar una nueva enfermedad: guarderitis.

Cuando me decían que iba a coger de todo, jamás me habría imaginado que se lo cogería de todo junto y a la vez. ¡¡Qué pesadilla!!