Ningún regalo mejor que una visita al Museo de Bellas Artes de Sevilla, la segunda pinacoteca más importante de España.
Su interior guarda los mejores lienzos de la pintura barroca española, de la que sobresalen las obras de Murillo, Zurbarán y Valdés Leal.
Es uno de los museos más importantes de España, síntesis de la mejor pintura barroca de todos los tiempos. La plaza hispalense del Museo está presidida por una escultura en bronce de Bartolomé Murillo.
Frente a él abre sus puertas un antiguo convento mercedario cuya iglesia y dependencias interiores invitan a recorrer algunas de las mejores páginas de la pintura española del siglo XVII. La historia del museo comenzó hace casi doscientos años.
Las obras de arte de los conventos y monasterios desamortizados por el gobierno liberal de Mendizábal conformaron el grueso del primer museo de pinturas que abrió sus puertas en 1835.
Aquellos lienzos, procedentes principalmente de centros religiosos de la capital y de algunos templos de la provincia, fueron expuestos en las dependencias del antiguo convento de la Merced Calzada, fundado por san Pedro Nolasco en unos terrenos cedidos a mediados del siglo XIII por Fernando III tras conquistar Sevilla.
Aquel convento preside la plaza del Museo, un espacio perfumado, recoleto e íntimo en el corazón de la capital histórica, no lejos de la ribera del río y a un paso de los barrios más conocidos de la Sevilla clásica. (El Mundo)