La situación últimamente no ha favorecido que hiciera muchas excursiones, ni a museos ni a ningún lado, pero, ya que me vi obligada a ir a la oficina, decidí aprovechar el resto del día en Madrid pasándome por el Museo del Romanticismo. Tenía tenues recuerdos del museo, al que ya había ido hacía un tiempo, pero me apetecía verlo de nuevo y no me decepcionó.
La entrada es un poco lenta por protocolos del Covid, pero el personal es muy amable y, una vez dentro, te dejan ir a tu aire. Como no pueden darte la guía, que normalmente iba impresa y se devolvía a la salida, te dan un QR para descargarla en el móvil, aunque yo preferí leerla en casa, ya que iba cargada con el monstruo de mochila del portátil y el bolso, además de la chaqueta, y hay que llevarlo todo delante controlando que no sobresalga nada, lo que hace aparatoso tener el móvil en la mano.
El museo del Romanticismo es una casa museo y, como tal, está decorada como una vivienda de la época, articulando las diferentes estancias como se hacía en su momento. Se ve por tanto bastante diferenciada la parte pública, donde se recibía a los visitantes, de la parte privada donde la familia hacía vida. Hay también como un trocito de transición con elementos del costumbrismo.
Y muchas de las salas, dentro de su función, tienen una temática muy diferenciada: desde el Trienio Liberal (donde un amable experto del museo me proporcionó toda la información y nos entretuvimos hablando de historia un buen rato) hasta Isabel II, pasando por todo tipo de temas familiares, de la vida de la época...
La verdad es que la decoración es maravillosa, y la mayor parte de las piezas son originales. Lo que más me gustó fueron los pianos, los relojes y los elementos de la sala de los niños. Además, al final tiene un elemento original: una especie de casa que, al asomarte a sus ventanas, permite ver animaciones recreando la vida doméstica. Aun así, sí que es verdad que le falta algo más de explicación e información: la guía no está mal, pero no es demasiado densa ni profusa en detalles.
En cualquier caso, es otra visita barata y entretenida que puedes hacer en Madrid. Muy recomendable.