Visita al Playmobil Funpark

Por Spanierin

Este año hemos decidido pasar dos días en el Playmobil Funpark de Zirndorf, cerca de Nüremberg, Alemania. Salimos de casa en dirección Passau para evitar las autopistas de Munich y alrededor de cuatro horas más tarde llegamos a nuestro destino. Por suerte no encontramos mucho tráfico, aunque sí dimos un par de vueltas al llegar, ya que en Fürth, la ciudad donde habíamos reservado el hotel, había unas cuantas obras y el navegador se lió un poco.

Nada que no se viera recompensado con una habitación de hotel bastante grande y muy acogedora para los tres, donde a Monete le esperaba su primera sorpresa:

Ya que los nervios apenas nos dejaron dormir, el primer día madrugamos mucho y llegamos pronto al parque. En verano lo abren desde las 9 de la mañana hasta las 7 de la tarde, tiempo más que suficiente para ver todo. Incluso me atrevería a decir que un día de visita puede bastar; durante el segundo repetimos zonas conocidas y nos volvimos a dejar a medias aquellas que a Monete menos interesaban.

Llegamos al parque en coche y pudimos aparcar con bastante facilidad dentro del garaje. También hay plazas de aparcamiento al aire libre, pero no nos apetecía montarnos en una sauna para volver a casa, y el parking costaba tan sólo 5 euros por día. Para quien se aloje cerca, también existe la posibilidad de ir hasta allí en autobús, hay una parada justo delante de los accesos.

Las entradas también tienen un muy buen precio, pagamos (año 2024) 17,90 euros por persona, tanto para adultos como para niños; si bien es cierto que también existen descuentos y precios especiales. Yo, como de costumbre, recomiendo comprarlas por internet con antelación. Las colas te las comes igual, como nos pasó a nosotros el segundo día, pero el paso por la taquilla es más rápido.

El tamaño del parque es bastante asequible para ir con niños que se cansan relativamente deprisa, aunque ello no impide ver infinidad de carritos de bebé y carros de esos que la gente llena de cosas para no llevarlas en la mano y/o para acomodar a los retoños cuando después de comer o a última hora ya van más cansados.

Está dividido en varias zonas temáticas comunicadas entre sí. Os voy a enseñar algunas fotos de las que nosotros visitamos; todas no nos llamaron por igual la atención:

Klettergarten y HOB-Center (jardín de escalada y centro HOB)

Perfecto para las horas de más calor (o si llueve) y para cuando los padres quieren descansar un rato.

Feenland (país de las hadas)

Polizei y GoKart Parcours (policía)

De los karts no tengo foto por falta de interés y de altura para poder participar en ello.

Okta Kletternetz (red de escalada)

Balancier Parcours (parcours de equilibrio)

Bauernhof (granja)

Wasserkanal y Arche Noah (canal de agua y arca de Noé)

Ritterburg y Ritterturnierplatz (castillo feudal y liza)

Piratensee y Piratenlagune (mar y laguna de los piratas)

Nuestro mayor fallo fue no llevar bañador ni toalla, ya que hay varias zonas con chorritos de agua o donde directamente se puede entrar a remojarse los pies y a salpicar un poco al personal. La próxima vez ya iremos mejor preparados.

Por último, como en todos estos sitios, no se puede dejar de pasar por la tienda. Si yo fuera millonaria me habría tirado varias horas más ahí dentro, aunque también habría necesitado un camión para traerme un poco de todo a casa. Es alucinante todo lo que se puede encontrar y la cantidad de gente que sale de allí con bolsas y cajas gigantes.

En definitiva, se trata de un parque tranquilo que hará las delicias de pequeños y grandes aficionados a estas figuras, pero puede que se quede corto para quienes vayan en busca de acción y aventura. Aún así, yo sí repetiría la experiencia.