Antes de que comenzara el confinamiento tuve la oportunidad de disfrutar de la gastronomía del Restaurante Tejas Verdes en San Sebastián de los Reyes. Allí, nos recibieron Álvaro y Millán, la tercera generación de la familia Mayoral San Sebastián. Dos hermanos muy dispares (increíblemente divertidos) pero grandes anfitriones, que gestionan el negocio con la misma pasión y profesionalidad que sus predecesores.
Sólo os puedo decir que salí encantada con su cocina tradicional, que se sirve en una maravillosa finca de una hectárea. Entrar en Tejas Verdes supone una experiencia de sosiego, gracias a su ambiente familiar y a su servicio esmerado y cercano.
En los meses más fríos puedes comer al calor de sus chimeneas (como hicimos nosotros) en un salón de techos altos en madera, decorado con cerámicas de Talavera y Puente del Arzobispo. En Primavera, Tejas Verdes sirve a sus clientes en su señorial porche que abre a la terraza ajardinada más amplia de toda la zona Norte de Madrid. No es de extrañar que por ese motivo, en ella se disfruten de numerosas celebraciones.
La cocina del Tejas Verdes es de raíces vascas, como sus fundadores. Por ese motivo podremos encontrar platos como los chipirones en su tinta o las cocochas al pil-pil, auténtico sello de la casa. Además, podemos encontrar otros platos tan tradicionales como la paletilla de cordero lechal de Segovia, el jamón de bellota de la Dehesa de Extramadura, la morcilla de Burgos o las anchoas de Santoña. Y es que Tejas Verdes es una oda al producto y al recetario tradicional.
No obstante, en la carta caben otras preparaciones más modernas como el steak tartar de solomillo del Valle del Tiétar, el tataki de atún rojo con germinados o la tempura de verduras. Una de las cosas que más me gusta es que cuentan con postres que preparan ellos mismos como la leche frita con helado de leche merengada o el arroz con leche con costra quemada. Reconozco que no le hago ascos a los postres modernos, pero los de toda la vida tienen una magia especial.
Durante nuestra visita tuvimos la oportunidad de probar una ensalada con bonito, tomate y cebolla. Aunque a priori pueda parecer un plato de lo más sencillo, la clave reside en la calidad de los ingredientes. No es de extrañar que por ese motivo sea uno de los best seller de la casa. Este plato no me es nada ajeno porque al ser de La Rioja, mi madre lo replica tal cual. Para recrearlo utiliza tomates y cebolletas del huerto de mi abuelo, a la que añade una ventresca de calidad. Digamos que por ese motivo, este plato tan sencillo me recordó a mi hogar.
Me emocioné al ver que los siguientes platos eran unos tigres y unas alcachofas con almejas. Honestamente, son los mejores tigres que he comido en mi vida junto a los del Bar 5 Pesos de Logroño y hablamos de un lugar mítico. Por su parte, las alcachofas estaban riquísimas.
Le siguió un bacalao Skrei (era la primera vez que lo probaba) con ensalada de algas. El rebozado de este bacalao es la absoluta perfección y además de ser extremadamente crujiente, preserva a la perfección la jugosidad del bacalao.
Por último, tomamos una leche frita con helado de leche merengada que me volvió a transportar a mi casa. Y es que la leche frita es uno de esos postres que tomamos en el norte y preparan nuestras abuelas con mimo.
Personalmente os recomiendo muchísimo el Tejas Verdes y puede que se haya convertido en mi restaurante favorito del año. Y es que no necesito artificios para saber apreciar la buena cocina en cuanto la veo. Al fin y al cabo soy una amante de la gastronomía tradicional donde el protagonista es el producto. Podéis ver la carta completa del Tejas Verdes aquí. Por cierto, los encontrarán una carta extensísima.
Dirección Tejas Verdes
Paseo de Europa 8
San Sebastián de los Reyes (Madrid)
Teléfono 91 652 73 07
www.tejasverdes.com