-José, ¿qué estudios superiores has cursado hasta ahora?- Me pregunta Jung, muy interesado.
-Pues, me he licenciado en Ciencias Ambientales y, en estos momentos, estoy estudiando la carrera de Psicología.- Le respondo, un poco apurado y titubeante. Sentía que, frente a la multitud de sus títulos de doctorhonoris causa, mis titulaciones eran insignificantes.
-Eso está muy bien, José - me dice con cierta satisfacción. Me dio la impresión de que le interesaba que hubiera estudiado Ciencias Ambientales. Entonces, recordé que él mismo se debatió entre estudiar Ciencias Naturales y Psiquiatría, decantándose, al final, por esta última.
-José, ¿no hay ninguna Fundación, en tu país, que imparta psicología analítica?- Me preguntó con interés.
-Sí, Carl, claro. La Fundación C. G. Jung de España- respondí, de inmediato.
-Muy bien, José.- Y, clavando su mirada en mí, afirmó con rotundidad: - Entonces, eso es lo que debes hacer, formarte como analista.
El sueño concluyó ahí.
El sueño es, desde luego, compensatorio. Compensa mi actitud consciente, que manifesté en la entrada de ayer, como fiel representante que soy del puer aeternus. Aquí, el Senex Jung me indica cuál es la siguiente etapa de mi viaje. Marca los límites con precisión. Debo graduarme en Psicología y, posteriormente, prepararme como analista jungiano. Así que, como suele decirse, "donde manda Capitán, no manda marinero".
Apostillo aquí que, aunque soy consciente de que la institución española habilitada para conceder la preparación de analista junguiano es la SEPA, en el sueño se produjo esa confusión. Tiene, desde luego, su razón de ser y su significado, pero, como es natural, y dado que pertenece a mi privacidad, no lo voy a revelar.