Visitando ciudades legendarias de Turquía: Troya, Pérgamo y Éfeso

Por Marbel

Con este post continúo mi relato de nuestro gran viaje en Turquía en el año 2009, un viaje que combinó ruinas históricas, con impresionantes parajes naturales, playas de ensueño y multitud de monumentos impresionantes. Nuestra aventura comenzó y terminó en Estambul, preciosa ciudad entre dos mares y entre dos continentes, una joya de la que ya tuve ocasión de hablar en mi primer post de este viaje. En este relato voy a hablar de las visitas a las ruinas de tres ciudades legendarias de Turquía: Troya, Pérgamo y Éfeso.

Turquía cuenta con una riqueza histórica incomparable y prueba de ello son las muchas ruinas de ciudades legendarias que han dejado grandes civilizaciones de la humanidad. Estas ruinas son vestigios que han permanecido durante siglos como testigo silencioso de estos poderosos imperios en su paso por estas tierras. No es de extrañar que recorriendo estos lugares uno se sienta como en un gran museo al aire libre, una oportunidad para recordar muchas de las cosas que aprendimos en las clases de historia. Esto unido a la belleza natural de Turquía, lo convierten en un país con mucho que ofrecer como destino turístico.

Después de recorrer Estambul durante dos días, comenzamos nuestro viaje de tres semanas por Turquía. Cogimos el autobús del tour de Turquía que habíamos reservado meses atrás por internet, un circuito muy interesante que nos llevaría a conocer las mayores maravillas del país. La primera parada fue en Çanakkale, una ciudad portuaria, famosa por estar cerca de las ruinas de Troya. Nos llevaron a nuestro hotel y después dimos un corto paseo por la ciudad. Allí nos encontramos con esta estatua del famoso caballo de Troya.

A continuación el autobús nos llevó a las ruinas de Troya. Se trata de una mítica ciudad griega que estuvo habitada desde principios del tercer milenio a.C. En ella tuvo lugar la famosa guerra de Troya, descrita por Homero en la Ilíada. Las ruinas fueron descubiertas a finales del S. XIX y fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998.

Aquí también había una estatua de madera del famoso caballo donde se podía subir. No podíamos dejar de hacernos una foto asomadas a las ventanitas.

Al día siguiente continuamos nuestro viaje hasta Pérgamo. Esta ciudad griega situada en el noroeste de Asia Menor y a 30 km de la costa del mar Egeo, se desarrolló en la época del Nuevo Testamento. La ciudad actual de Bergama está construida sobre lo que fue la parte baja de Pérgamo, y allí estuvimos comiendo antes de empezar la visita. Lo primero que llama la atención al llegar es el impresionante anfiteatro con las vistas de la ciudad de Bergama al fondo. Destacan sus bibliotecas, sus templos y sus centros médicos, que son de lo mejor que ha quedado de la civilización griega. Todo esto nos lo enseñaron en el tour guiado que fue muy bueno.

Esa noche viajamos hasta la ciudad de Selçuk, uno de los destinos turísticos más visitados de Turquía por su proximidad a la legendaria ciudad de Éfeso, a tan sólo 3 km. Después de instalarnos en el hotel y cenar algo de comida que teníamos, fuimos a dar una vuelta. Acabamos siendo invitadas a tomar un té por unos chicos de una tienda de alfombras en la que entramos por casualidad. Nos invitaron también a ir a una fiesta en una casa junto a la playa, pero no nos atrevimos a semejante aventura. Podría haber sido divertido pero los acabábamos de conocer y hay que andarse con cuidado. Por otro lado también estábamos cansadas y queríamos dormir.

Al día siguiente fuimos nos levantamos y nos encontramos con esta preciosa vista de la ciudad desde nuestra ventana.

Nuestra misión para el día de hoy era visitar las famosas ruinas de Éfeso. Tuvimos mucha suerte porque cuando buscábamos el autobús que iba allí fuimos a preguntar a una mujer extranjera. La mujer era escocesa y nos contó que llevaba varios años en Selçuk trabajando como profesora de inglés. Nos contó cosas curiosas de su vida allí y nos dio consejos útiles para nuestro viaje. Nos llevó en coche hasta Éfeso porque su casa estaba de camino.

En la entrada nos encontramos con una riada de turistas que se dirigía a las ruinas. Nada más entrar ya pudimos darnos cuenta de lo impresionante que era este lugar. Esta ciudad jónica a orillas del mar Egeo, era el puerto y centro cultural más importante durante los períodos helenísticos y romano. Para visitar los principales restos hay que seguir las vías que cruzan la ciudad: calle de los Curetes, el camino de mármol y la vía Arcadia. A continuación comento algunos de los lugares que no puedes perderte.

El enorme teatro, con una capacidad para unas 25000 personas.

La biblioteca de Celso, biblioteca romana construida en honor a Tiberio Julio Celso Polemeano, importante gobernador y cónsul del siglo I d.C. Destaca su elaborada fachada con sus cuatro estatuas: Sofía (sabiduría), Episteme (conocimiento), Enoia (inteligencia) y Arete (virtud).

Agora Superior es una gran plaza rodeada de restos de edificios, muy cerca de las Termas de Vario.

El Odeón, un pequeño anfiteatro del S. II destinado a las reuniones de los administradores y senadores de la ciudad.

También están el Pritaneo, antiguo ayuntamiento, el Templo de Adriano y los Baños de Escolastiquia, entre otros monumentos.

Hay muchísimas piedras esculpidas con imágenes de deidades y personajes de la mitología griega.

Por último, no puedes perderte el Templo de Artemisa, una de las siete maravillas del mundo antiguo.

Después de nuestra larga visita en Éfeso, regresamos a Selçuk y tratamos de aprovechar las últimas horas de luz para visitar la ciudad. Fuimos a la colina de Ayasoluk, que tiene varios edificios históricos como la Mezquita de Isa Bey, construida en 1375. También está la Gran Fortaleza.

Por la noche nos encontramos unos conciertos gratuitos en la plaza principal de la ciudad. Estuvimos un rato escuchando la música, fue una suerte que coincidiera con nuestra visita. Al día siguiente continuaríamos nuestro viaje por Turquía. Nuestras próximas paradas eran Kusadasi y Pamukkale, de los que os hablaré en un próximo post. Animaros a hacer un circuito en Turquía y así descubrir todas las maravillas que este país tiene que ofreceros.