[TRANQUILIDAD: ESTE ARTÍCULO NO CONTIENE SPOILERS] Hoy quiero hablar de una serie que, a pesar de su brevedad hasta este momento, me ha impactado muchísimo, por su calidad, por su trasfondo y, sobre todo, por su temática: Black Mirror.
Hacía mucho tiempo que andaba buscando una serie de esas que te hacen pensar a base de bien, y que te hace reflexionar sobre la sociedad de hoy en día. Y Black Mirror es una serie que cumple con esta premisa. Es una serie muy breve hasta este momento, pues hasta ahora existen dos temporadas de tres episodios cada una, y un especial de Navidad.
Pero no hay que preocuparse por su continuidad, ya que ya se están grabando los episodios de la tercera temporada, que todos los pronósticos apuntan a que esa tercera temporada va a romper con lo establecido y a diferencia de las anteriores temporadas, esta tercera temporada va a constar de 12 episodios. Esto parece ser que se debe al cambio de gestión desde el canal de televisión británico Channel 4, al gigante grupo audiovisual estadounidense Netflix.
La verdad es que Black Mirror, en mi opinión, es una serie muy original, pues todos los episodios son historias independientes unas de las otras, pero todos los episodios tienen una temática común: el uso (o más bien, mal uso) de la tecnología en la sociedad. Se podría considerar a Black Mirror como una serie de culto.
Black Mirror nos sitúa en la sociedad británica de un futuro no muy lejano, donde la tecnología domina todavía más todos los ámbitos vitales de los individuos que en nuestra sociedad de hoy en día. Black Mirror, en algunos momentos, parece una especie de advertencia sobre los malos usos de la tecnología y de sus posibles consecuencias. Cada episodio de Black Mirror trata un ámbito vital diferente, y cada historia que se cuenta es un ejemplo evidentemente exagerado, pero muy posible, de lo que puede traer consigo un mal uso de la tecnología.
La verdad es todos los capítulos de la serie son tremendamente buenos, aunque a mí personalmente me llamó mucho la atención el capítulo 1×02 titulado 15 millones de méritos. Sobre todo de este capítulo me encantó el discurso del protagonista hacia el final del capítulo, es un discurso tremendamente IMPRESIONANTE.
La crítica también ha valorado muy positivamente a esta serie. Tanto es así, que en el año 2012 Black Mirror ganó el Premio Emmy Internacional en la categoría de mejor película para televisión/miniserie.
En resumen, Black Mirror se puede considerar como una serie de culto, una de las pocas series que existen en el panorama actual televisivo que hacen pensar mucho y hacen reflexionar sobre la sociedad que tenemos hoy en día, de las pocas series que existen actualmente cuyas historias son completamente independientes entre sí, y con una temática tan interesante como es el uso de la tecnología en la sociedad. Una serie recomendable al 100%.
Simón de Eiré