Vitaminas y minerales para cada persona

Por Farmaprecio

Detallamos a continuación las situaciones de riesgo en las que deben cuidarse especialmente los niveles de vitaminas y minerales a través de la dieta y suplementos farmacológicos cuando esté indicado:

Crecimiento, embarazo y lactancia. Las embarazadas tienen necesidades especiales durante la gestación. Los ginecólogos les recetan como mínimo hierro, para evitar la anemia gestacional, y ácido fólico, para prevenir las anomalías del tubo neural como la espina bífida, además de calcio. Es casi obligado dar plurivitamínicos a las embarazadas a partir del tercer mes. En la lactancia también hacen falta refuerzos con el fin de conseguir la leche adecuada. En el caso de los niños y adolescentes, es necesario darles más calcio, más minerales y más vitamina D, que es la responsable de la osificación. La revolución hormonal de la pubertad exige una mayor cantidad de micronutrientes.

Vitaminas y minerales

Vitaminas para las Personas mayores. Existen problemas de masticación y absorción de alimentos en las edades más avanzadas. Según la Asociación de Médicos de Residencia de Madrid y el Colegio de Farmacéuticos de esta comunidad, al menos un 10 por ciento de los ancianos españoles tiene problemas de malnutrición y de malabsorción de nutrientes. Se recomiendan, pues, precauciones especiales.

«A los ancianos les cuesta ingerir frutas frescas. Hay que ir a comprarlas, transportarlas a casa, pelarlas, cortarlas, masticarlas… Incluso se ha identificado el “escorbuto de los viudos”, entre hombres que viven solos y no comen alimentos frescos. Sus carencias vitamínicas son notables». La mala dieta se une a la falta de ejercicio y aparece el estreñimiento. «Antes no lo sabíamos y abandonábamos a los ancianos; ahora se ha corroborado que necesitan suplementos vitamínicos, además de glúcidos, lípidos y prótidos. Muchos padecen dificultad al tragar, lo que les impide disfrutar de una alimentación adecuada. Si se les deja que coman lo que quieran y no se les suplementa, el cuadro de desnutrición se agudiza».

Deportistas de alta competición. Es preciso hacer un balance entre el ejercicio realizado y lo que se consume para que no haya estados carenciales. La actividad física no debe convertirse en una fuente de enfermedades.

Estudiantes, trabajadores estresados y personas muy competitivas. Se trata de colectivos con una gran ansiedad por la enorme acumulación de trabajo a la que se ven sometidos. Los exámenes, oposiciones, o las exigencias desmesuradas en el mundo laboral generan situaciones de falta de vitaminas que hay que controlar.

Consumidores de alcohol, tabaco y otras drogas, y grupos marginales. Los especialistas recomiendan abandonar los hábitos tóxicos en primer lugar. Si la persona no quiere o no puede hacerlo, es siempre aconsejable que fortalezca su dieta con vitaminas -sobre todo la C-, en especial los fumadores y consumidores de alcohol. Si el paciente está muy «enganchado» a la bebida, lo ideal es que tome polivitaminas que refuercen su organismo.

Personas con diarrea y dolencias intestinales (colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, colon irritable…). Estos pacientes acaban padeciendo estados carenciales por el tránsito rápido que presenta su intestino. En el caso de los vegetarianos que no realicen combinaciones adecuadas de alimentos, también pueden darse déficits importantes de vitaminas y minerales.

Astenia primaveral. Es un estado indeterminado del organismo, que no está demostrado científicamente, pero que se «palpa» en la vida real. Es más un estado psicológico que físico, aunque la mayor parte de las personas presenta un estado de agotamiento generalizado que precisa de algún revitalizante.