Dentro del marco de la vitivinicultura argentina, posicionada geográficamente casi en su totalidad sobre el oeste del país, con alternativas diferentes entre las latitudes que permiten su desarrollo, encontramos en la región noroeste características particulares que han permitido la explotación vitivinícola, con inicios históricos coincidentes con las demás zonas vitivinícolas. Esta particularidad, que viene dada por la latitud de la región, presenta hoy viñedos en la provincia de Salta en alturas que oscilan desde los 1700 metros y los 2400 metros con una producción consolidada, y desafíos con experiencias en busca de zonas de mayor altura, cercanas a los 3000 metros.
Particularmente, la región se sitúa dentro de los llamados Valles Calchaquíes, los cuales se extienden hacia otras provincias como Tucumán y Catamarca, de emprendimientos más recientes en el perfil de viñedos de altura. Cabe mencionar también que, en el resto de las provincias vitivinícolas ubicadas en la región suroeste a menor latitud, se encuentra limitada la posibilidad del desarrollo de la vid a estos niveles de altura, por el descenso de temperaturas.
Para un mejor conocimiento de sus características, la tabla 1 describe las particularidades climáticas de los Valles Calchaquíes de la provincia de Salta.
Clima y temperaturas de los Valles Calchaquíes (Salta, Argentina)
Clima
Árido y seco
Precipitaciones
120 a 150 mm anuales
en periodo estival
Temperatura media
22 °C
Temperatura mínima media anual
10 ºC
Temperatura máxima media anual
25 ºC
Amplitud térmica media anual
15 ºC (fluctúa entre 12 ºC y 18 ºC )
Humedad relativa
30-50 %
Evapotranspiración
5 mm diarios (mes de enero).
Postenvero
Vientos
10 a 14 km/h (de 10:00 a 22:00 h)
Una de las principales características de los vinos de altura es su alto contenido en polifenoles. Si bien no hay estudios científicos contundentes y determinantes en la zona, básicamente se entiende que, al ser la temperatura nocturna relativamente baja, el metabolismo respiratorio se ve reducido de manera que, la relación fotosíntesis / (respiración + fotorrespiración) es alta, de manera que los polifenoles sintetizados de día que son compuestos glucosidados se conservan en mayor proporción, como lo manifiestan los resultados de medición en fruta madura.
Insolación.
A 1700 m.s.n.m, la incidencia de los rayos solares es un 20% mayor que a nivel del mar, y la condición de un aire limpio, como el que tenemos en el valle, explica el alto contenido de antocianos de las uvas tintas de la zona, ya que los mismos son la protección solar de la planta para todos sus órganos. Esto manejado con criterio técnico sobre formación de la vegetación según la variedad, permite optimizar el resultado. El exceso de insolación, puede ser peligroso e incluso ocasionar pérdida de calidad, especialmente en aromas si la fruta está demasiado expuesta. Ello se debe no al efecto de la luz, sino al aumento excesivo de temperatura de los racimos, que son órganos sin mecanismo termorregulador, que afectan principalmente a los compuestos aromáticos que son muy termolábiles. El grado de daño está relacionado con el grado de exposición de los racimos, determinado por el vigor de las plantas, el sistema de conducción y manejos en verde, y por la cantidad de tardes nubladas cuando se acerca la época de la cosecha, que son características de la zona y positivas en este aspecto.
Precipitaciones.
Las precipitaciones de lluvia tienen un promedio anual de 120-150 mm. El aporte hídrico a los viñedos está controlado a través del riego, lo que permite dentro de ciertos límites emparejar cosechas al menos más fácilmente que en zonas de secano. En cuanto a la oportunidad de las lluvias, al focalizarse generalmente poco antes de la cosecha, se requieren cuidados con mecanismos sanitarios, priorizando este control con el manejo de la vegetación, utilizando la acción secante de los vientos diarios, para disminuir al mínimo el uso de fungicidas.
Granizo.
Sólo ocurre eventualmente y con daños de intensidad muy baja, por lo que no es todavía un accidente climático que justifique la toma de medidas como la colocación de malla antigranizo.
Heladas.
Suelen presentarse heladas tardías hasta los primeros días de octubre que pueden ocasionar pérdidas de hasta 10% en los viñedos de las zonas más bajas, en los cuáles se suele hacer lucha activa con quemadores.
Suelos.
Presentan un excelente drenaje, baja fertilidad y textura arenosa predominante a franco arenosa, y con un pH promedio de 7-7,5. La conductividad eléctrica en el extracto de saturación (CE) es menor a 2000 mmhos/cm (indicador de salinidad, en este caso, baja). Con una materia orgánica de 0,5 a 1%, la relación de absorción de sodio (RAS) es menor del 15% (indicador de sodicidad, en este caso, baja).
Este tipo de suelo, a condición de un manejo del riego, facilita el control del vigor de la plantas y mejora las posibilidades de lograr pronto el equilibrio necesario para obtener uvas de calidad. Se trata de suelos silíceos con alto contenido de micas, y elevado poder de reflexión, requiriendo manejos particulares de viñedo, para protección de los racimos.
Agua
Un tercio de la superficie plantada se riega con el agua aportada en superficie por los ríos El resto se riega con agua subterránea extraída en gran porcentaje mediante perforaciones y distribución por sistema de goteo.
Variedades
La variedad torrontés fue tradicionalmente la de mayor difusión, ocupando históricamente el 85% de la superficie implantada. En la actualidad se sostiene como la variedad mas importante de vino blanco de Argentina para el mundo, y la particularidad de encontrar su mejor expresión en el Valle Calchaquí.
El crecimiento de demanda en vinos tintos despertó el desarrollo de variedades para este fin, con un aumento significativo de superficie de las mismas, en las ya existentes malbec, cabernet sauvignon y tannat, como otras incorporadas a saber syrah, bonarda, merlot y petit verdot. Hoy el marco de plantaciones nos muestra un 65% de la superficie en variedades tintas.
Sistemas de conducción
Los viñedos de torrontés –con antigüedad mínima de unos 40-45 años de implantación– son de conducción en parral (pérgola) con sistema de poda en guyot o cordones doble y triple, dependiendo del marco de plantación. Los viñedos tintos con un promedio de 10 años de implantación se sitúan en espaldero alto con sistema de conducción en cordón pitoneado unilateral y bilateral. Sólo en algunos casos de la variedad malbec se realiza la poda en guyot, como resurgimiento de ese sistema.
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