Bullicioso, travieso, dinámico, vivo, alegre, jovial... son algunos términos afines a este simpático adjetivo coloquial que hoy os presentamos.
Estanislao del Campo, escritor argentino, lo emplea de esta guisa en su obra Fausto:
"...¡Ah criollo! si parecíaPegao en el animal,Que aunque era medio bagual,A la rienda obedecíaDe suerte, que se creeríaSer no sólo arrocinao,Sino tamién del recaoDe alguna moza pueblera.¡Ah Cristo! ¡quién lo tuviera!...¡Lindo el overo rosao!
Como que era escarciador,Vivaracho y coscojero,Le iba sonando al overoLa plata que era un primor;Pues eran plata el fiador,Pretal, espuelas, virolasY en las cabezadas solasTraiba el hombre un Potosí:¡Qué!... Si traía, para mí,Hasta de plata las bolas..."
Por su parte, José María Gabriel y Galán, poeta español, le da este uso en su obra Las hazañas de Coral:
"...¡Oh vergüenza! ¡Oh dolor! ¡Oh triste chasco!En lugar de salir de entre el carrascouna liebre a saltar de mata en mata,salió un lagarto de cabeza chata,lomo verdoso, vivarachos ojosy blanca panza con puntitos rojos.Lo mismo que un ratón que ha visto al gato,salió azarado el bicharraco chato,y el perro se lanzó tras él más listoque el gato hambriento que al ratón ha visto.A cambio de un mordisco en una mano,diole el perro un zarpazo soberano,echóle el diente y el reptil ariscole atizó en el hocico el gran mordisco.Debió ser un mordisco sandungueroporque el perro gruñó muy lastimero,flojó los dientes, escurrióse el bichoy cojo y todo se metió en su nicho..."
¡Hasta el próximo tañido del profeta arracacho! ;-).