No obstante, a día de hoy hemos somatizado de tal forma el estrés que ya no se trata de una respuesta puntual e inconsciente sino de una afección orgánica que nos hace vivir en un estado permanente de alerta, haciendo que estemos cansados y susceptibles en todo momento.
Evidentemente, una liberación continuada de adrenalina y cortisol conlleva consecuencias físicas: dolor de espalda, taquicardias, mal humor, alteraciones digestivas, dermatológicas, hormonales y nutricionales, insomnio, cefaleas tensionales…
Cuando llegan las vacaciones solemos darnos cuenta de que nuestro descanso es más confortable, el color de nuestra piel mejora, nos sentimos más serenos y relajados… Aunque también puede ser que nos demos cuenta de la gran dependencia que tenemos del ordenador, de Internet, del smartphone. Sea como fuere, las cosas cambian y nace el deseo de recuperar el bienestar o, en algunos casos, también la libertad.
Por ello, si quieres empezar a gestionar tu estrés de cara al próximo puente o vacaciones estivales, aquí tienes algunas recomendaciones que van a serte de gran ayuda:
- Cuida tu alimentación
Llevar una dieta equilibrada es indispensable para el bienestar aunque también debes saber que existen alimentos que mejoran y fortalecen las funciones del sistema nervioso y otros que intoxican el organismo o lo excitan en exceso. Conoce los alimentos que te ayudan a reducir el estrés.
- Duerme cuanto necesites
El descanso es necesario de modo que es importante que inviertas en él las horas que necesites pues es la clave del buen funcionamiento de tu cuerpo y de tu vida. Si tus horarios son un caos estaría bien que establecieras una rutina diaria para regular tus ritmos circadianos naturales. Sin embargo, si sufres insomnio o te cuesta dormir/descansar bien, te dejo algunas recomendaciones para tu descanso aquí.
- Recurre a la naturaleza
El ritmo de la ciudad, la contaminación acústica, ambiental y lumínica, las tareas pendientes de la oficina o del hogar… ¡Date permiso para un parón! Una escapada en plena naturaleza te permitirá recuperar la serenidad y respirar aire puro. Además, también puedes obtener beneficios de la misma haciendo uso de algunas plantas medicinales que reducirán tu estrés o te ayudarán a relajarte y a descansar mejor.
- Organiza bien tu tiempo
Establece prioridades y sé realista, es imposible que puedas hacerlo todo a la vez. Así pues, lleva a cabo aquello que sea realmente urgente, planifica lo que es necesario pero no urgente para los próximos días y elimina o delega todo aquello que sea irrelevante o superfluo.
- Resérvate un hueco, todos los días, para ti mismo/a
Está muy bien que organices tu tiempo y que descanses y te alimentes mejor pero… ¿Qué pasa contigo? ¡Tu tiempo de ocio también te construye y es importante! Reserva un espacio diario para ti, para llevar a cabo cuanto de apetezca hacer: leer, ver televisión, salir a pasear, no hacer nada, ir a un spa… Respeta tu tiempo de ocio y si algún día decides invertirlo en trabajar, sé plenamente consciente de que es una elección puntual.
- Comparte tus preocupaciones
No guardes tus preocupaciones y permitan que se hagan más y más grandes en tu mente. Si te apetece, puedes compartirlas con una persona de tu confianza: exponer tus pensamientos o angustias no solo te permitirá poner en orden tus ideas si no que evitará que sigas acrecentando tus cargas emocionales. Si no cuentas con una persona de confianza o no quieres hablarle de tus cosas… ¿Qué te parecería escribirlas? Lo importante es que las expreses.
- Haz ejercicio
La actividad física regular genera beneficios en el aspecto físico, emocional y social. No solo te permitirá llevar un estilo de vida más saludable si no también mejorar tu aspecto físico y tu autoestima, sentirte más vital, relacionarte con otros entornos o personas…
- Valórate
Si te valoras te quieres y si te quieres eres capaz de crecer y mejorar todas tus habilidades y capacidades. Siéntete satisfecho/a de los logros que vas alcanzando y serás capaz de marcarte logros nuevos y más ambiciosos.
- Pide ayuda si lo crees necesario
Es importante que aprendas a relajarte y a gestionar ese estado perpetuo de estrés. Existen muchas técnicas que puedan ayudarte a lograr lo primero y el Coaching puede acompañarte a descubrir y cambiar las creencias y/o actitudes que están agravando la situación.