Vivencias: ¡Bits, para qué os quiero! – ‘Alan Wake’ de Remedy Entertainment

Publicado el 29 abril 2019 por Coliseodigital @coliseodigital

Alan Wake, según sus autores, iba a ser una serie de televisión, pero el mundo de los videojuegos se cruzó en su camino y acabó convirtiéndose en un título de terror psicológico como muy pocos ha habido

Como es habitual en esta sección, la manera de contar mi relación con este videojuego será tratada desde el prisma de la experiencia. El primer contacto que tuve con esta obra de Remedy Entertainment fueron sus primeros anuncios en la prensa, seguramente en el año 2005, cuando se comenzaba a oír que los autores de Max Payne estaban enfrascados en un nuevo proyecto que tenía que ver con el terror.

Desde sus inicios, se hablaba sobre que Alan Wake sería un sandbox, o lo que es lo mismo, un videojuego orientado a grandes espacios abiertos, con entera libertad para deambular por su mundo. Esto cambió drásticamente con el tiempo, y Alan Wake se convirtió en otra cosa.

Desterrados todos los miedos iniciales, una vez que pude ver las primeras imágenes, toda duda se disipó. El videojuego de Remedy ya no tendría la libertad que se le presuponía en sus inicios, pero sería, en cambio, su ambientación lo que más llamaría la atención. Su aspecto general tenía muchos aires de novela de terror, sobre todo se parecía mucho a aquellas novelas de Stephen King que trataban sobre hechos sobrenaturales y sobre el propio oficio del escritor.

En los meses previos a su salida era muy habitual ver vídeos, noticias y reportajes que hablaban sobre las bondades que portaría el título en todos sus apartados.

La primera versión que tuve fue la edición especial para Xbox 360. Se trataba de una caja muy cuidada que llevaba consigo algunos regalos muy suculentos. Entre ellos estaban un libreto de arte donde se incluyó una historia que relataba los hechos previos mediante archivos del FBI  acerca de Bright Falls y un relato breve de Sam Lake. También se incluyó la banda sonora del juego en un CD adicional, un acceso para la descarga del primer DLC y comentarios en audio de los autores.

Por otro lado, también se incluyó en el combo una pequeña linterna con su pila; mi edición creo recordar que pertenecía a la cadena de tiendas GAME, de ahí este obsequio.

Este tipo de añadiduras son siempre de agradecer, puesto que suelen poner en situación y -ya que no solemos ver en los últimos tiempos manuales ni instrucciones en formato papel- nos introducen muy bien en la atmosfera del juego.

En mi caso, para disfrutar mejor de la experiencia de juego, opté por instalarlo por completo en el disco duro de la consola, de esta manera prescindiría de los CD´s que se incluían, con lo que evitaría el desgaste del lector.

Una vez que instalé Alan Wake (algo más de 6GB), pude comenzar a disfrutar de la experiencia. Y leéis bien, experiencia. Para mí echar una partida a este título es un placer. Siempre me han gustado los relatos donde la realidad, los sueños y otras dimensiones se entrelazan, dejando en el que los lee ese poso de irrealidad que crea una atmósfera en la que puede suceder cualquier cosa.

Ya desde la introducción, cuando llegamos a Bright Falls, nos recorre por el cuerpo la sensación de que este no va a ser un videojuego más. Recorremos el primer trayecto a bordo de un barco transbordador en el que pasamos de la costa del estado de Washington a la localidad ribereña del título. Los autores han localizado la acción de Alan Wake en el noroeste de Estados Unidos, por lo que todo transcurre en un pequeño pueblo al que hay que acceder en barco desde ese citado estado.

En el videojuego vamos a controlar al protagonista, Alan, en tercera persona, por lo que veremos una vista completa de su cuerpo. Es la vista más apropiada para este género de acción y exploración. Con ello veremos al personaje realizar todas las acciones: disparar, recoger objetos, saltar, enfocar, pulsar botones, etc.

Desde el primer momento, el título de Remedy nos sumerge en su historia. Gracias a las labores de Sam Lake en la elaboración del guión, que es redondo, nos beneficiamos de una narrativa como pocas veces se han visto en un videojuego. Todo ello se refuerza con hojas diseminadas por todo el escenario y podemos ir leyendo cómo va construyéndose el relato a la vez que jugamos.

El ínclito Sam Lake

No voy a desvelar la trama en estas líneas, puesto que habrá gente que aún no haya probado Alan Wake y quiera desenmarañar el viaje del héroe sin spoilers de ningún tipo. Merece mucho la pena llegar vírgenes a esta aventura de acción sin que os destripen todos sus entresijos.

Lo único que sí os contaré a todos aquellos que todavía no sabéis de qué va la cosa es que tenéis que preparaos para vivir todo un carrusel de emociones. Muchas veces no sabréis qué estáis haciendo, o si en lo que estáis inmersos es un sueño o es la realidad. Se juega mucho con la imaginación del jugador, cosa que es de agradecer, y gracias a eso la atmósfera de opresión que se ha conseguido nos llega a inquietar aún más si cabe. En este sentido, se asemeja mucho a los relatos y novelas de Stephen King.

Existe una película titulada ‘En la boca del miedo’, del año 1994, que se parece bastante a lo relatado en Alan Wake. Si no la habéis visto, estáis tardando en comprobar las grandes similitudes que tiene este filme con la historia que nos propone Remedy.

Pasando a la experiencia jugable, hay que decir muchas cosas. Como ya he comentado, el videojuego nos propone viajar a una pequeña localidad estadounidense, rodeada de árboles y naturaleza. Será en este idílico lugar, con paisajes repletos de pinares, donde tendrá lugar la acción. El momento de llegada al pueblo de Bright Falls coincide con la celebración de la Fiesta del Venado (Deerfest) del municipio, por lo que hay bastante agitación y los preparativos para la festividad están muy presentes.

Entre los aldeanos observaremos que hay de todo. Nada más entrar en la cafetería, donde debemos recoger las llaves para dirigirnos a la casa donde nos hospedaremos, ya vemos ciertas cosas que nos pondrán sobre aviso y perturbarán nuestra paz interior.

Con los personajes no jugadores se ha intentado que cada uno posea una personalidad bastante marcada, dotándoles de matices y detalles que nos sumergen aún más en la trama. Uno de ellos es nuestro amigo Barry, el editor de libros de Alan, un tipo con una personalidad histriónica y al que se dota de ciertos atributos humorísticos en su forma de hablar y de comportarse con el mundo que le rodea. Se trata de un personaje bastante hablador que puede ponernos de los nervios en más de una ocasión por esa forma tan atropellada de hablar y pensar que tiene.

Por otro lado, tenemos el caso de Bárbara, un personaje muy siniestro, que tiene que ver con los fenómenos sobrenaturales que acontecen a partir de la llegada de Wake a Bright Falls. Durante toda la aventura nos perseguirá su imagen y las palabras que salen de su boca nos sumirán en un estado de alerta continuo, además de crear un gran desasosiego.

Hablando un poco del sistema de juego, en Alan Wake vamos a encontrar algo imprescindible para desenvolvernos contra las sombras y los enemigos que han caído bajo el influjo de La Presencia Oscura. No es otra cosa que la luz. Las linternas serán nuestros mejores aliados contra la oscuridad en la noche, sobre todo porque con ellas desharemos del “halo oscuro” a los llamados poseídos. Una vez deshechos del “maleficio” tendremos vía libre para disparar con el arma del que dispongamos en nuestro inventario.

Pues bien, como esto no pretende ser un análisis ortodoxo, lo que quiero relatar, para no aburrir, son las sensaciones que me transmitió el videojuego cuando llegó a mis manos. Fue en consola, pero años después pude adquirirlo para PC a un módico precio en la plataforma Steam. Las diferencias sustanciales con esta versión para compatibles es que todo se ve mucho más bonito, o lo que es lo mismo, sus gráficos lucen mucho mejor y todos los efectos de luz tienen una calidad diferente. También hay que decir que la versión para Xbox 360 no está nada mal y tiene un gran acabado en este sentido, la verdad es que no tiene casi nada que envidiar. En Microsoft mimaron bastante este título exclusivo para su plataforma, y se nota, ya que todos los apartados poseen un nivel muy digno.

Hay algo que me encanta y que crea un vínculo especial con el jugador cuando estamos en plena acción. Me refiero a las páginas que vamos encontrando diseminadas por el mapeado. En ellas se nos van relatando los hechos que han acontecido y nos ponen sobre aviso, constituyendo un acicate más en la creación de ese mundo pesadillesco que supone adentrarse en Alan Wake. Es cuando realmente nos damos cuenta de ese vínculo tan marcado con el thriller que tiene el título. Los acontecimientos nos embaucan y crean una amalgama de sentimientos encontrados. Alan, y por ende el jugador, se sentirá confundido en todo momento con el relato que se le presenta.

De vez en cuando, en el devenir de la trama, aparecen algunas imágenes que son premonitorias y explican algo de la narración. En esos momentos es cuando nos sentiremos aún más huérfanos de una necesaria explicación. El juego nos atrapa irremediablemente en sus redes en estos casos y no podemos dejar de jugar para resolver el misterio que envuelve todo.  

Existen también ciertas partes más tranquilas en Alan Wake, donde no tendremos que pegar ni un solo disparo y podemos disfrutar del sosiego del lugar. Esos momentos se dan durante el día, y aquí es donde realmente nos damos cuenta de lo trabajados que están a nivel artístico los paisajes y los modelados de los escenarios, así como los objetos. Si bien es cierto que los personajes a veces “cantan” un poco, pues se vislumbra cierta simplificación en su acabado, que se suple con el buen uso de otros atributos como la luz o la buena localización a nuestro idioma. El trabajo de los actores de doblaje es una auténtica maravilla. Aquí se nota que no escatimaron esfuerzos y todo posee un nivel francamente alto. A continuación podéis ver un ejemplo de lo que os cuento:

Se puede hablar de los muchos detalles implementados en el juego, como por ejemplo las escenas en las que tenemos que conducir algún vehículo. Nos ayudará para trasladarnos en distancias largas, donde algún punto del escenario quede bastante alejado de donde nos encontramos. Esto también hará que el desarrollo del juego no se haga tan monótono y nuestro deambular se ciña exclusivamente a ir superando tramos de arboledas o campo a través. Serán muy interesantes los momentos en los que tendremos que parar de vez en cuando, mientras conducimos, y existe algún escollo en el camino que nos impida pasar a otra zona. En esos momentos se intensifica el cariz exploratorio en Alan Wake y se nos anima a investigar qué resorte o vía podemos usar para pasar victoriosos por el obstáculo planteado.

La verdad es que me encanta cotillear por las habitaciones de moteles y fábricas abandonadas. Es una experiencia que te hace investigar acerca de lo que pasa en la zona. Es interesante observar los carteles, escuchar contestadores de teléfono, ver los programas de TV de Night Springs (La noche se levanta) sobre sucesos paranormales, o bien leer cualquier referencia a la vida en Bright Falls. Todo esto no hace más que empaparnos de lleno de todo el “lore” que conlleva este lugar tan enigmático.

Tengo que hacer una mención especial a la banda sonora de Alan Wake. En pocas ocasiones vamos a escuchar tan buenos temas en un título de ocio electrónico, aunque ya sabéis que hay grandes ejemplos por ahí diseminados. Las piezas más destacadas son las realizadas por la banda ‘Poets of the Fall’, y durante el desarrollo del juego vamos a escuchar algunas muy interesantes creadas por estos finlandeses. Entre ellas tenéis esta, muy representativa del título y que habréis escuchado ya más de uno. Además el vídeoclip que la acompaña no deja lugar a dudas de cuál es su procedencia:

También me gustaría hablar de las escenas cinemáticas que inundan el juego. Serán muy importantes para explicar parte de la trama, pero también aparecerán en momentos muy especiales. No son otras que los comienzos de cada capítulo, y sirven de recapitulación de lo acontecido hasta ese momento. Esto viene a ser como una especie de “anteriormente en Alan Wake…” a modo de serie televisiva. Esto le da un empaque mayor al videojuego, haciendo que sigamos con mucho interés su narración. La verdad es que no lo había visto hasta entonces en ningún otro título y me llamó poderosamente la atención que surgiera este detalle tan atractivo. De este modo el juego queda dividido en capítulos y nos mantiene con la intriga de qué es lo que pasará si sigo jugando y resolviendo la trama.

Por cierto, atentos a todo lo que tiene que ver con la cultura vikinga, el Valhalla y la música Heavy Metal. Es otro de los acicates por los que este videojuego me atrapó sin remedio en su día.

Aunque el videojuego adolece en algunos momentos de resultar algo repetitivo en las mecánicas de uso de la linterna para desposeer a los enemigos y dispararles para acabar con ellos, no deja de ser adictivo y bastante innovador. Toda su razón de ser se basa en mantener al jugador lo más enfocado posible en la historia que se desgrana a cada paso. La intriga que llega a crear por desentramar lo que sucede en Bright Falls, y por ende con la vida de Alice, la mujer de Alan, nos mantendrá en vilo durante todo el tiempo que dura la partida. La duración del mismo, por consiguiente, está en unas 15 horas, que podrás aumentar gracias a los dos DLC´s para expandir aún más su extensión: se trata de ‘La señal’ y ‘El escritor’. Lograremos con ellos conocer nuevas zonas que habían quedado ocultas en el juego principal, y así uno se quita las ansias por conocer algo más de la historia que subyace bajo esta epopeya.

Sin ir más lejos, y para aumentar aún más el propio universo de este título, durante el año 2012 apareció un capítulo aparte titulado ‘Alan Wake´s American Nightmare’ que sigue en la senda de los sucesos extraños. No es un DLC en sí, sino un videojuego completo que nos sumerge en otras tramas y nos presenta situaciones alternativas del juego. La verdad es que no aporta demasiado, y lo único que consigue es quitarnos el mono de Alan Wake. Como ahora está muy barato, yo no dudaría en recomendaros que lo compréis, total, vuestra economía no se va a resentir y, de esta manera, podéis seguir disfrutando de las andanzas de este carismático personaje.

Lo mejor es que descubráis por vosotros mismos todos los entresijos de este gran juego de Remedy Entertainment y que comprendáis el porqué de su buena fama. Es hora de que os pongáis a darle duro al teclado y el ratón para ahondar en los misterios de todo un referente de las aventuras de acción.

  • Para saber más: No os olvidéis de los capítulos de la miniserie precuela titulada ‘Bright Falls’. Podéis acceder a sus capítulos subtitulados aquí.

Autor: Sebastián Tito Rodríguez

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