La mayor parte de mi actividad se centra en seminarios y conferencias en el mundo de la empresa. Cada vez más, éstas requieren a personal con una gran preparación técnica e invierten el dinero para la formación del mismo en procesos, procedimientos y tecnología. Eso está bien, pero no es suficiente.
Los grandes inventores y las personas que en verdad nos han dejado huella no lo fueron por lo que sabían sino por su fe y su pasión. El intelecto no tiene capacidad para desplegar el potencial humano. La fe y la pasión si despiertan cosas dormidas.
¿Pero qué valor se da a la fe y pasión en el colegio, universidad, empresa...?Si la ciencia y tecnología (conocimientos) no van acompañadas de un crecimiento y desarrollo de la persona, se utilizaran para dominar y someter al subordinado, no para engrandecer al ser humano y por ende al equipo.
Y volveremos al problema de toda empresa, da igual grande o pequeña. La envidia, la soberbia y la falta de humildad del personal que lo compone, tanto directivos como personal de base.
La sabiduría es el arte de aceptar aquello que no puede ser cambiado, de cambiar aquello que sí puede ser cambiado, y sobre todo, de conocer la diferencia. Y ahí tenemos que trabajar.
El diagnóstico de la empresa suele ser claro. Problemas en la motivación y desarrollo personal de sus componentes. El pronóstico, con la prudencia requerida, sería que como no se trabajen los siguientes conceptos podremos tener personas involucradas pero no comprometidas
Y estos parámetros no son otros que:
Entusiasmo (del griego "entheos" Dios dentro de mi), nada que ver con la euforia (estar fuera de mi). Uno está dentro, otro está fuera. Uno permanece, otro es pasajero. El entusiasmo es lo que provoca la sensación permanente de alegría, que es la perfección interior de que algo se está expandiendo, y que sucede siempre a la generosidad, que no es sino el pegamento que une a las personas, lo que de verdad hace que hagamos las cosas sin pensar en el beneficio posterior que podamos recibir.
Reflexión, en un mundo que va muy acelerado necesitamos un viaje interior, estar dispuesto a hacer un trabajo interior para transformar nuestra forma de ser, para que no intentemos cambiar a los demás, sino empezar el cambio en nosotros mismos. Vamos tremendamente acelerados sin pensar si lo que hacemos hoy nos acerca al sitio donde queremos estar mañana.
Amistad, aquello que hace una persona jamás se sienta sola, es sentir que cuando te sientes débil alguien te puede ayudar. Es la cualidad del encuentro, nadie puede crecer aisladamente, centrado en sí mismo. Y en una empresa, en la que se trabaja en equipo, todos necesitamos compartir para crecer.
Compasión (conectar con la pasión, el sufrimiento de un ser humano), no es estar de acuerdo con sus actuaciones sino entender por qué lo hace. Es la base de la empatía. Evita que reacciones y permite que aceptemos y comprendamos a los demás para poder ayudar.
Compromiso, nada que ver con la implicación (gente que vive por obligación), ni con la lealtad (que es a los demás, al ajeno). El compromiso siempre es y sólo a uno mismo (es sentirse responsable, desafiarse a uno mismo sacando su mejor versión). Y cuando uno se siente comprometido, cuando las cosas las hace no por los demás sino por sí mismo, por su crecimiento personal, es cuando hace crecer todo lo que tiene a su lado, incluyendo a su empresa. Los que logran resultados, no son los involucrados, ni los leales, sino los comprometidos
Fe, creer sin tener evidencias. Esas montañas que tenemos que mover, y que solo lo haremos si nos ponemos en marcha. Y las montañas más grandes no son las que vemos fuera sino las que tenemos dentro de nosotros mismos (nuestra falta de autoestima, de reconocimiento, de valoración, de capacidades,...) Solo saldrá lo que tienes dentro si de verdad crees y te pones en marcha apostando por ti.
Y por supuesto, el más carente de los valores humanos y por ende empresariales. Humildad. Es el valor clave. Yo me pongo en el papel del otro y me pongo en disposición de aprender de cualquier ser humano. Ayuda a integrar el saber colectivo para un fin superior y que merezca la pena. Ya decía Santo Tomas: "Todos los pecados del ser humano proceden de un único origen, la soberbia.".
Un consultor puede acertar en el pronóstico y el diagnóstico de su empresa, ya que son enigmas que trabajándolos se pueden resolver. El veredicto no. El veredicto es un misterio, y como tal depende exclusivamente de usted y su personal. De ser capaces de vivir la vida en gerundio, no en participio.
Fuente: José Pomares.
C. Marco