Yo no entendía por qué nos decían que no se podían dormir hasta que nos oían llegar por la puerta del chalet a mis primos y a mi, "que tonterías" pensaba yo, hasta que, hoy día, me he podido poner en su pellejo.
Estoy viviendo el duelo de ver que, mi hija de 17 años, quiere salir en las fiestas de nuestra localidad y, el duelo al verme, la otra noche, cuando llegó, pidiéndole un beso, por el simple de hecho de, poder tenerla cerca y olerla, oler si habría bebido, fumado, mirar sus ojos...No sabia que otra excusa poner, vamos, la misma que, a veces, ponía también mi tía, o mi madre.
Ahora soy una madre de tres hijos, cuya hija mayor tiene 17 años y, es ella la que sale y, como recuerdo lo que yo hacía a su edad, me aterra lo que ella pueda hacer o, mejor dicho, lo que la puedan hacer.
Desde el sofá de casa, miraba una y otra vez el reloj, esperando que llegase la hora a la que le había pedido para que volviese y oír la llave en la puerta, sana y salva.
Mis tíos y abuelos quizás, jugaban con la "ventaja" de que, al estar en el pueblo, todos nos conocíamos, era un lugar pequeño, íbamos rodeados de amigos y amigas...Nuestra localidad es grande, no conozco a la gente con la que se mueve y, si, hay que decirlo, hoy son otros tiempos y, los jóvenes de ahora, no somos los de hace 20 años, las cosas como son.
Vivo el duelo de ver que mi hija ha crecido, de ver que ahora soy yo la que tiene miedo, no mis tíos, mi madre o mi abuela y, me peleo dentro de mi, por decidir si, llegado el fin de semana, debo dejarla salir hasta más tiempo o no, si dejarme llevar por mi conciencia maternal del "esta mejor en casa, protegida, controlada" o, de lo contrario, me dejo llevar por aquella Ángela adolescente, que solo quería pasar unas horas con sus amigos, lejos de mis padres, riéndome y disfrutando y, poniéndome en la piel de mi hija, le permito salir hasta más tarde.
Por otro lado, hoy vivo otro duelo, el de la confirmación, una vez más, de que, la enfermedad que padece mi hijo mediano, es una mierda, y no voy a pedir perdón por la expresión, es mi blog y, sobre todo, es mi dolor.
Convivo con las dificultades diarias de mi niño, las veo, las sufrimos, las digiero, las integro en nuestra vida y, pasamos a la siguiente etapa, pero, cuando, tras sospechar que mi hijo, ademas de Tourette tenía Asperger, planteárselo a su psicólogo y, decirme que no con toda seguridad, pero que, es muy evidente su dificultad en el aprendizaje, en su desarrollo (muy por debajo de su edad) y las discapacidades que todo esto le genera, ha sido como una "noticia" agridulce.
Claro que celebro que mi hijo no padezca también Asperger, pero, escuchar a su terapeuta todo lo que me ha dicho, certificarme lo que yo veo a diario, remover mi propia mierda y mi propio dolor de ver, que mi hijo no puede llevar la misma conversación mas de 2 mtos, que de un día para otro es capaz de no saber realizar una resta, que no sabe defenderse de otros niños que puedan meterse con él, que no puede estarse quieto aunque lo necesite, que no puede dejar de realizar movimientos involuntarios, de obsesionarse con determinadas cosas, de leer...podría nombrar muchas cosas pero, seria estar lamiéndome las heridas continuamente.
Sólo estoy viviendo mis duelos, como madre que ve a sus "pequeñines" crecer, cada uno a su forma, duelos que, mañana, probablemente, cuando llegue por la mañana de trabajar (el turno de noches da también para pensar mucho) y, mi pequeña lucero me abrace al verme, mi tigre mediano me de su beso matinal y, mi pequeña mujer mayor me reciba, habrán quedado atrás.
Buenas noches.
Esta es mi aportación de la semana al resto #Ironblogger