La banda de Peter Zanahoria va por su cuarto disco, también llamado Viviendoamares, multiplicando canciones de cuidado intensivo como esta. Si bien ese piano Rhodes omnipresente lo puede llevar a algo así como si Drexler tuviera el groove de mmanuel Horvilleur y a pesar del flanger soulero de la guitarra, Viviendoamares tiene adn Richards. Algo de esas baladas imborrables que quizás podrían empezar con una intro desprolija esta. Viviendoamares es amable como alguien que te pone piedras tibias en la espalda, y hoy funciona como un caloventor para soñar con temperaturas templadas.
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