Como el lago suministraba el agua para consumo en la ciudad, miles de personas se enfermaron y murieron antes de que las autoridades decidieran cambiar la dirección de la corriente del río, para que no fluyera hacia el lago.
Cuando observamos la vida de Jesús, podría parecer al revés de lo que uno espera. El Rey de gloria vino al mundo como un bebé vulnerable. Al Dios encarnado lo acusaron de blasfemar. El único sin pecado fue crucificado como criminal. Pero Jesús vivió en la Tierra conforme a la voluntad de Dios (Juan 6:38).
Como seguidores de Cristo, vestirnos de las actitudes y las acciones de Jesús puede parecer «al revés». Bendecir a nuestros enemigos (Romanos 12:14), priorizar la piedad sobre la riqueza (1 Timoteo 6:6-9) y gozarnos en las dificultades (Santiago 1:2) tal vez parezca contrario a la sabiduría terrenal. Sin embargo, Jesús afirmó: «… todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará» (Mateo 16:25).
No te preocupes si la vida que llevas implica a veces actuar al revés. Dios te dará la fuerza para honrarlo y seguir avanzando.
Vestirnos de las actitudes y las acciones de Cristo muestra su presencia en nuestra vida.
(Nuestro Pan Diario)