Los puentes siempre han acogido viviendas de toda clase. Valga de ejemplo el Ponte Vecchio de Florencia, o los grabados de Londres anteriores al actual puente levadizo de la Torre, cuya versión anterior sostenía edificaciones de toda índole. Hoy sin embargo, quien vive en ellos no son acaudalados joyeros como en el caso florentino, sino los desheredados, como muestra la imagen.
La fotografía corresponde al norte de las islas Filipinas, en donde los viaductos son al tiempo las cubiertas de casas colgantes a las que se acceden con improvisadas embarcaciones. Hoy están en peligro por la aproximación de un tifón que a cada hora coge más fuerza.