Vivir cerca de las calles con tráfico incrementa el riesgo de asma infantil

Por Pequelia @pequelia

Un nuevo estudio desarrollado por la Universidad de la Sorbona y el Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia, concluye que vivir cerca de las calles con tráfico, a una distancia inferior a 75 metros, puede incrementar el riesgo de asma infantil hasta en un 14%.

Hay que tener en cuenta que el 50% de la población que habita en las grandes ciudades europeas vive a una distancia igual o inferior a la citada, por lo que vivir tan cerca de una de las fuentes de contaminación atmosférica, incrementa el riesgo de provocar nuevos casos de asma en la población, pero son los niños los que tienen mayor riesgo de padecer enfermedades respiratorias. En los pequeños que viven en un área donde existe un elevado nivel de contaminación urbana, el riesgo casi se llega a duplicar elevándose hasta el 25%.
De acuerdo que existen planes cuya finalidad es reducir los niveles de contaminación industrial a nivel europeo, pero según los investigadores sólo se ha logrado limitar la emisión de algunos contaminantes ambientales. En el caso del tráfico rodado, se mantiene una elevada emisión de gases contaminantes, siendo uno de los factores que incrementan el riesgo de que los niños puedan sufrir asma. El estudio se ha realizado en varias ciudades europeas y se ha determinado que 1 de cada 7 niños que vive en el límite de distancia (75 metros), puede llegar a desarrollar asma, en el caso de áreas donde existe una gran contaminación, 1 de cada 4 niños podrían desarrollar la enfermedad.

En varias ocasiones hemos hablado sobre los riesgos de la contaminación ambiental, se han realizado muchos estudios cuyas conclusiones muestran efectos negativos para los niños y la población en general, si se vive cerca de fuentes contaminantes como el tráfico rodado o la actividad industrial. Las actuales regulaciones y controles son insuficientes, pero a este factor de riesgo hay que sumar otros generados en el propio hogar, la exposición al humo del tabaco, la emisión que generan los calentadores de gas, los disolventes, las pinturas, etc. Este factor de riesgo es igual o más preocupante, ya que las personas pasan hasta el 90% de su tiempo en casa.

Los especialistas explican que los estudios toxicológicos realizados arrojan pruebas evidentes sobre la relación contaminación atmosférica y asma, son investigaciones que muestran lo necesario que es proteger a los niños de los riesgos medioambientales, por ello solicitan a la Unión Europea que se tome el tema en serio y se preste más atención al nivel de contaminación ambiental existente en las ciudades, así como a las enfermedades alérgicas respiratorias, cuyo índice se incrementa año tras año.

Los investigadores apuntan además que algunas enfermedades del corazón también guardan relación con la contaminación del tráfico rodado, en este caso se hace referencia a adultos y personas mayores. Otras enfermedades de carácter crónico también parecen guardar relación con la contaminación que se genera en los núcleos urbanos, casi se podría decir que vivir en una ciudad se ha convertido en un factor de riesgo que empeora la calidad de vida y la salud. Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través del artículo publicado en la revísta científica European Respiratory Journal.

Foto | Juanedc

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