Hoy es el día y hay que gozarlo. Convertir el tiempo en nuestro aliado evita que nuestra mente nos siga poniendo excusas."Cuando las personas sienten que se hallan ante una oportunidad única, intensifican su intención y su atención es plena"
ADIÓS A LOS TEMAS PENDIENTES"Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir siempre" (Mahatma Gandhi)Cada mañana, antes de iniciar nuestra actividad podemos preguntarnos: "Si hoy fuera el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que estoy a punto de hacer?". Si durante varios días seguidos la respuesta ha sido "no", señal de que algo debemos cambiar. Nos resignamos a realizar actividades que no nos llenan y posponemos conversaciones, encuentros y acciones que son más esenciales. Si viviéramos como si fuera nuestro último día, seríamos más osados, diríamos lo que queremos sin vergüenza, sin reprimirnos."La mayoría de las preguntas eternas que nos ha dejado el 11-M", escribió Esther Trujillo después de los atentados, "son las que deja toda muerte repentina. Sin tiempo para despedirse, todo a medias, todo por decir, por terminar, por empezar, sin tiempo para perdonar. Preguntas recurrentes: ¿Me porté bien con él/ella?. ¿Por qué dije?. ¿Por qué callé?. Y para siempre la duda de si se fue sabiendo cuánto le queríamos. Las llamadas agónicas de algunas víctimas del 11-S tenían un mensaje común: 'te llamo para decirte que te quiero'. Podemos concluir que o bien 'no me he dado cuenta antes de cuánto te quiero' o bien 'ahora me doy cuenta de lo importante que es para mí que lo sepas".Todos aquellos temas, mensajes, ideas y sentimientos que queremos transmitir a alguien, pero aún no lo hemos hecho, suponen una carga interna. Comunicar lo esencial y lo que tiene sentido a personas que queremos y que son importantes para nosotros es un acto de amor y de consideración. Cuando dejamos temas pendientes y posponemos conversaciones, acumulamos en nuestro interior una carga que nos impide vivir el presente con plena libertad.No permita que su mente siga poniendo excusas. ¿Qué tiene que decir?. ¿Qué le gustaría aclarar?. ¿Con quién?. Hágalo pronto. Vivir sin conversaciones pendientes despeja el camino, mantiene la conciencia tranquila y el corazón en paz.
ACEPTAR NUESTRA HISTORIA"Si solo diéramos pasos y no hubiera camino, no sería posible caminar" (José María Rovira Belloso)Podemos caer en la tentación de trivializar la corriente de pensamiento que subraya el poder del ahora y cometer el error de aparcar partes de nuestra historia y de nuestra vida, sin haberlas integrado. Si negamos ciertas realidades que están vinculadas a la persona que fuimos y a lo que hicimos y vivimos, no podremos estar plenamente presentes. Sería como si huyéramos de una parte de nuestro ser y la dejáramos a un lado.Solo podremos gozar del hoy si integramos nuestros yos aceptando todo lo que hemos sido y hecho con las relaciones que hemos tenido. Para conseguirlo, uno debe perdonar y perdonarse, aceptar y aceptarse. De lo contrario no podrá vivir en el aquí y el ahora. Lo que hubiera podido ser y no fue ya no se puede cambiar. Es necesario aceptar cómo sucedieron los hechos y no vivir sumido en lamentaciones que incrementen la pesadez interior.
LA VOZ DEL CORAZÓN"Nadie es verdaderamente libre si tiene miedo a morir". (Martin Luther King Jr.).Muchos aspectos (expectativas externas, el orgullo, el miedo a la vergüenza, al ridículo o al fracaso) se desmoronan ante la muerte. Si viviéramos hoy como si fuera nuestro último día, seríamos conscientes de que nuestro tiempo es limitado. Por eso es importante no perder el tiempo viviendo en función de la vida del otro, de sus expectativas, de sus imposiciones o sus opiniones. No se quede atrapado. No permita que las opiniones de otras personas o sus miedos ahoguen su propia voz interior. Tenga el coraje de seguir su intuición.La insatisfacción permanente nos impide gozar del presente.Hemos creado una sociedad de consumo fundamentada en la necesidad, en la avaricia y en la conciencia de escasez. Pensamos en cómo tener más y conseguir más. Es como si nunca tuviéramos suficiente. Siempre queremos más y más: hemos construido nuestra identidad basándonos en nuestro poder de adquisición.Al correr tras los deseos provocados por la insatisfacción, uno deja de agradecer lo que tiene porque está pendiente de conseguir algo más. No disfruta del hoy, permanece en un estado de deseo continuo y la insatisfacción parece insuperable.Si nos damos cuenta y nos responsabilizamos de cómo estamos, de cómo somos, de lo que sentimos y de lo que hacemos, nos arraigamos en el hoy. Dejamos de buscar culpables. Escuchamos la intuición y la voz del corazón. No del corazón que bombea la sangre, sino del corazón de nuestro ser.
VIVA COMO SI HOY FUERA SU ÚLTIMO DÍAReconozca la singularidad irrepetible de un momento. Hágase preguntas positivas que amplíen la mirada. Cada vez que su mente vaya hacia la queja o la crítica, frene sus pensamientos. Reflexione acerca de lo que puede agradecer de esa situación y qué le está enseñando. Atrévase a ser quien es con todas sus consecuencias. Agradezca y aprenda del pasado, reconcíliese con él. Pase a la acción ahora: utilice su tiempo, sus talentos y sus pensamientos para tareas creativas. Ayude a otros. Mantenga el dominio de su mundo interior. Observe sus emociones con desapego para no dejarse llevar por ellas precipitadamente.