Hoy estoy contento. No porque sea mi cumpleaños, que también, sino porque me he dado cuenta de que vivo en un país inmensamente democrático, donde la justicia funciona y la mayoría de la gente es honesta y digna. Y como esto es un hecho incuestionable, esta mañana al despertarme he llegado a la conclusión de que toda la mierda que nos ahoga día sí y día también va a ser limpiada a fondo antes de lo que creemos. Porque así son las cosas en los países incuestionablemente democráticos.
En esos países, como el nuestro, donde la democracia es un tesoro inquebrantable y, por tanto, las actitudes deshonestas, corruptas, que abusan de la buena voluntad de las personas que sustentan el sistema, son ejemplarmente castigadas, no se permiten espectáculos nauseabundos como el que protagoniza desde hace meses el partido que gobierna. Es inconcebible que una formación política aproveche el poder para enriquecerse ilícitamente y enriquecer a quienes simpatizan con sus ideas y lo pueden demostrar aportándole ingentes cantidades de dinero de dudosa procedencia. Es inconcebible, y como España es un país ejemplarmente democrático, la corrupción en las instituciones públicas va a ser borrada de un plumazo y todo el peso de la ley y de la justicia, que como en todos los países incuestionablemente democráticos funciona con la eficacia y eficiencia de un reloj suizo, va a caer sobre quienes nos han mentido y nos han robado sin atisbo de remordimiento. No tengo la más mínima duda, porque vivo en un país inmensamente democrático.
Rajoy y su camarilla van a pagar por sus abusos. A este gobierno no le va a quedar más remedio que dimitir y convocar elecciones generales, porque como vivimos en un país incuestionable democrático, ningún gobierno puede sustentar su acción en la mentira y la corrupción. La democracia está en el ADN de todos nuestros representantes políticos, incluso en el de quienes han traicionado la confianza de sus votantes, y esa es la razón por la que no les va a quedar más remedio que dejar paso a otros que hagan bien el trabajo para el que han sido elegidos, de forma honesta, sin intereses escondidos, sin pretensiones egoístas. La democracia dicen que es el gobierno del pueblo, y como España es una democracia ejemplar, sin fisuras, todo lo que hemos soportado estos últimos años pronto quedará en una desagradable pesadilla. Rajoy disolverá las Cortes, convocará elecciones, y tanto él como todos sus compañeros/as deshonestos/as se irán para no volver. E igual sucederá con el resto de representantes políticos envueltos en corruptelas inacabables. Se irán y colaborarán de buena fe con la justicia para asumir su responsabilidad con la sociedad. Cumplirán íntegramente las condenas que les sean impuestas y devolverán todo el dinero que hayan acaparado de forma ilícita.
Lo mismo pasará con esos empresarios y mecenas que han estado financiando al PP durante décadas esperando contraprestaciones, esperando acumular dinero y más dinero a costa de millones de españoles que durante tanto tiempo han vivido en la ignorancia o en una complicidad mezquina. “Si yo pudiera también lo haría” es la frase que durante demasiado tiempo ha caracterizado la Marca España. Pero ya no. Eso se acabó, porque España es un país inmensamente democrático.
Mientras tanto, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) ha hecho público un nuevo vídeo donde explica el trabajo que está llevando a cabo al margen de las instituciones públicas que reniegan de sus reivindicaciones. Un vídeo excelente.