A veces las pérdidas son relativas, sobre todo cuando ha pasado mucho tiempo. Somos nosotros los que nos dedicamos a subrayar la ruptura entre el antes y el después, a encerrarnos en un pasado sin ventanas cuando en el exterior la temperatura ambiente es de 17 grados y todavía el aire es fresco. Pero hay gente que es así, que sólo valora lo que no tiene, o mejor dicho, sólo es capaz de valorar lo que tiene cuando lo pierde. Es triste pero es así.